La reciente visita oficial del presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, a Panamá ha marcado un hito importante en las relaciones bilaterales entre ambos países, reforzando una alianza estratégica centrada en el comercio, la cooperación tecnológica y la integración regional. El encuentro, celebrado en el Palacio de Las Garzas, se inscribe en el marco del 120 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas naciones, y representa la primera visita de un mandatario uruguayo a territorio panameño en más de 16 años.
Durante la reunión, los presidentes Yamandú Orsi y José Raúl Mulino coincidieron en la necesidad de construir una agenda común que responda a los desafíos actuales y potencie las fortalezas compartidas. Uno de los temas más destacados fue el respaldo de Uruguay al proceso de incorporación de Panamá como Estado asociado al Mercosur, un paso que, desde diciembre de 2024, ha abierto nuevas posibilidades para el país centroamericano en materia de diálogo político, comercio y cooperación económica.
Una alianza estratégica con visión regional
El presidente Orsi no dudó en calificar a Panamá como “un socio y un amigo al que hay que prestarle atención”, reconociendo su rol estratégico como punto de conexión entre América Central y el resto del continente, así como su proyección como plataforma logística internacional. Por su parte, Mulino valoró el relanzamiento de las relaciones bilaterales como el inicio de “una etapa de relaciones importante” con impactos positivos esperados en el ámbito diplomático, comercial y cultural.
Panamá, gracias a su ubicación geográfica y a su infraestructura de primer nivel —el Canal de Panamá, los megapuertos en ambos océanos, la Zona Libre de Colón y la zona económica especial Panamá Pacífico— se posiciona como un centro logístico clave para las cadenas de suministro globales. A su vez, Uruguay cuenta con una sólida base agroindustrial, destacando en la producción de carne, lácteos, arroz y otros productos del sector primario, lo que ofrece una complementariedad natural entre ambas economías.
Comercio y valor agregado: oportunidades reales
En el marco de este acercamiento, se discutieron diversas posibilidades para dinamizar el flujo comercial. Panamá podría convertirse en un centro de distribución para productos uruguayos que buscan acceso a los mercados latinoamericanos y caribeños, mientras que Uruguay podría brindar asistencia técnica a sectores productivos panameños que buscan elevar su eficiencia y competitividad.
Un ejemplo concreto de colaboración se dio en torno al cultivo de arroz. La delegación uruguaya incluyó a productores de este grano, quienes compartieron su experiencia con homólogos panameños. Actualmente, mientras Panamá cosecha un promedio de 97 quintales por hectárea, Uruguay alcanza los 200, lo cual evidencia un amplio margen para mejorar rendimientos mediante transferencia tecnológica, buenas prácticas agrícolas y eficiencia en el uso del agua.
Educación y tecnología: pilares del desarrollo sostenible
Uno de los puntos más prometedores del encuentro fue el interés común en la cooperación tecnológica en el ámbito educativo. Uruguay propuso a Panamá compartir su experiencia con el programa CEIBAL, un modelo reconocido internacionalmente por su integración de tecnologías digitales en el aula desde etapas tempranas de la formación. Panamá mostró disposición para explorar una implementación similar, lo que podría significar una transformación profunda en su sistema educativo.
Además, esta apuesta por la digitalización puede contribuir a reducir brechas sociales, preparar a las nuevas generaciones para los empleos del futuro y fortalecer la formación técnica. La tecnología, en este contexto, se convierte en un puente hacia un desarrollo más inclusivo y sostenible.
Cooperación en seguridad y fortalecimiento del multilateralismo
La visita también sirvió para reafirmar compromisos en materia de seguridad. El presidente Mulino agradeció a Uruguay por las becas otorgadas a cadetes panameños en formación, destacando este gesto como una forma de cooperación que refuerza la preparación de las fuerzas del orden en la región.
Ambos líderes enfatizaron la importancia del multilateralismo como herramienta para abordar desafíos comunes, tales como el cambio climático, la migración, la desigualdad y la reactivación económica postpandemia. En ese marco, se celebró la decisión de Panamá de ser sede del 56° período de sesiones de la Asamblea General de la OEA, previsto para junio de 2026, en coincidencia con el bicentenario del Congreso Anfictiónico de 1826.
Un camino común hacia el futuro
La visita de Orsi y el relanzamiento de las relaciones bilaterales sientan las bases para una colaboración más dinámica, estratégica y sostenible entre Panamá y Uruguay. Las áreas de entendimiento son amplias: desde el comercio agroindustrial hasta la transformación educativa y desde la cooperación logística hasta el fortalecimiento institucional.
Ahora el reto está en transformar las intenciones en acciones concretas: firmar acuerdos, ejecutar proyectos y establecer mecanismos de seguimiento que garanticen resultados reales y beneficios compartidos. En un mundo interconectado y en constante transformación, las alianzas regionales como la que están forjando Panamá y Uruguay son fundamentales para construir un futuro de prosperidad y cohesión en América Latina.