Mientras el Guapo espera agazapado en las Cuchillas, el “Niño”, luego de lanzar su candidatura al 2019 al día siguiente de las últimas elecciones nacionales ataca y caratula de década perdida lo que, por su parte, el Agorero Ultramontano rebaja a quinquenio. A estos le sigue el portavoz del Honorable bregando en pro de una copa social ante la embestida de la razón societaria respecto de la droga “alcohol”….
Todo esto salpimentado por el que para muchos fue el tristemente célebre Candidato-del-Cosena que intenta aun hoy revertir la historia con su propia y peculiar versión – salpimentada con sofismas y citas que le hacen llegar a su mesa de trabajo. A su lado, o quizá sea mejor sea decir en su contracara, el Arlequín de un solo brazo trata de aletear sin éxito.
Desde el resto del coloradismo – más bien a estas alturas debiéramos hablar del peor de los riverismos – el caos se manifiesta en las cada vez más numerosas cuadrigas que dirigen sus caballos hacia lados tan dispares como contrarios.
Para no hablar del triste corolario de la última conducción colorada en el departamento de Salto, que fuera tildada de ejemplar por el hasta ayer líder partidario.
Estos movimientos zigzagueantes de la oposición parecen mostrar cómo muchos han perdido el rumbo y no saben cómo reaccionar ni hacia dónde buscar cobijo. Tiran piedritas contra las ventanas del poder legalmente constituido y sólo alcanzan a arañar sus marcos, cuando logran acertarle.
La única opositora de fuste, razonablemente política, con ojos hacia el futuro desde un presente activo es la Senadora Verónica Alonso, que cruza el charco de las diatribas y se coloca en posición de ejercer una oposición responsable. Su contracara, cuándo no, es la Señora de Las Dos Cámaras, que vio en “El Niño” el rescate de pureza que había perdido en sus incursiones por la izquierda (¿?)
A su frente, en la conducción del Ejecutivo Nacional, se observa un obrar planificado y estratégico que hoy sí y mañana también busca eco en la oposición para dirimir temas y proyectos de Estado que vayan en la senda correcta de una Nación en franco crecimiento, pese a las incertidumbres regionales e internacionales que nos acechan.
Lo deseable sería que las fuerzas políticas minoritarias comprendan que lo que se busca, por esperarlo una Nación deseosa de crecer y expandirse, es una Oposición que hasta ahora, salvo honrosas excepciones, no aparece.
El Uruguay los espera. El mañana, si no aparecen, los olvidará. Como ya olvidó al dúo que citáramos al inicio de estos apuntes.
Por: Héctor Valle
Historiador y geopolítico uruguayo
La ONDA digital Nº 724 (Síganos en Twitter y facebook)
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