El año pasado, el millón y medio de trabajadores y pasivos del Uruguay perdió 1.000 millones de dólares de sus ingresos, 666 dólares cada uno en promedio. Y para el fin de este período de gobierno, serán 4.000 millones de pérdida. Los muy muy ricos gastaron 300 millones en su veraneo, y sus ganancias aumentaron 1.935 millones, según muestran los depósitos en cuentas de más de 100.000 dólares en Uruguay: su dinero no fue a la producción sino a la inversión financiera. La industria de la construcción absorbe el 65% de la inversión del país y es el 5% del PBI, pero lo que construye no son las 65.000 viviendas que el Ministerio de Vivienda dice que faltan en el país para que familias pasen a tener una vivienda al menos digna del nombre.
Y es así en cada uno de los aspectos de la vida en el país menos injusto del continente más injusto del mundo. Es información ya publicada, en https://www.laondadigital.uy/
Uruguay es, se sabe, de los países menos desiguales en el continente más desigual del mundo. No es el menos pobre del continente, que es algo disntinto. El continente más pobre, pero no menos desigual, es Africa. Se suele valorar la menor desigualdad del Uruguay como un consuelo: no lo es para los hogares que lo padecen. “América Latina es el más desigual porque existe una gran brecha de ingresos entre los que ganan menos y lo que ganan más, así que un consuelo no es”, señala Daniel Olesker, economista que entre tantas cosas fue ministro del MIDES, de Salud Pública, senador y actualmente encabeza la secretaría de Asuntos Sociales del Frente Amplio.
La desigualdad se atempera o profundiza según la influencia de poderes en definitiva políticos en el manejo del Estado. En su reseña de la evolución histórica relativa a la desigualdad, señala Olesker que Uruguay tuvo una etapa de importante mejora progresiva en la distribución del ingreso que básicamente operó después de la Segunda Guerra Mundial (1945), y junto a las política laborales, salariales, sociales, de lo que se conoció como segundo batllismo. Luego, con la congelación de precios y salarios de 1968, comenzó una etapa de dura concentración de la riqueza que se extendió a lo largo de todo el periodo de la dictadura.
A la salida de la dictadura se plantea un período de estancamiento con gobiernos colorados y blancos entre 1985 y 2000. “ Recordemos que fueron años con mucho crecimiento económico, y sin embargo no se alteró la desigualdad –ni la funcional ni la personal– sino que prácticamente quedó estancada luego de enorme retroceso que había tenido entre el 68 y el 84”, señala.
Hay una cuarta etapa “en la cual hay una recuperación muy importante de la desigualdad durante los gobiernos frenteamplistas particularmente los dos primeros (2005-2015) y sobre todo en el segundo gobierno, entre el 2008 y el 2014. Podríamos hablar de un quinto período aunque son apenas tres años –los últimos tres, del gobierno de la coalición– donde ha vuelto a empeorar la desigualdad”.
Que Uruguay esté mejor en el continente más desigual “fue fruto de una construcción muy importante que hubo en la década de 1940, de 1950 y parte de la de 1960 del siglo pasado”. En un artículo del propio Olesker “y en uno muy bueno del economista Fernando Isabella, se muestra que hay una caída en la participación de los salarios en el ingreso nacional en el 2022, que probablemente se repita en 2023, respecto a la existente en 2019”.
“El primer determinante de la desigualdad es la evolución de la política salarial. Y si lo vemos en el contexto de estos cuatro grandes momentos de la desigualdad en Uruguay, esto se nota claramente en el período del segundo Batllismo; una mejora muy importante del salario real. Después viene la caída del salario real, que se reduce a la mitad en términos reales en el 84 respecto al 68, y después, con el primer gobierno electo tras la dictadura, viene el estancamiento. Hay que recordar –y este hecho se recuerda poco– que el Frente Amplio llega al gobierno en 2005 con un salario real igual al que había a la salida de la dictadura.”
“Y en los 15 años del gobierno frenteamplista, el salario real acompañó, acompasó el crecimiento de la riqueza y por eso los indicadores de desigualdad mejoraron; sobre todo entre el 2008 y el 2014 y particularmente con la política salarial del segundo gobierno del Frente, donde comenzaron a darse aquellos aumentos especiales a lo que en aquel momento se llamó ‘el salario sumergido’.”
“El primer determinante de la desigualdad es la política salarial, el segundo determinante, que tiene que ver con la igualdad es la política impositiva, tributaria, que obviamente influye mucho en los procesos de distribución. Y el tercero es el gasto estatal en política social.”
La importancia de la política impositiva en la desigualdad surge de un trabajo del propio Olesker cuando estaba en el Cuesta Duarte, por 2018. “Uruguay tiene un índice Gini, de desigualdad, equiparable al de Bélgica antes de pagar impuestos y de que se realicen las transferencias del gasto social; esto plantea que en la escena productiva hay una relación de igualdad o de desigualdad o más menos similar. Pero luego de impuestos y transferencias del gasto social, la diferencia es un 20% a favor de Bélgica. El efecto que tiene en el proceso de distribución la captación de tributos por parte del Estado y el gasto público social asociado básicamente el acceso diferencial para la educación, salud, vivienda, etc., es muy importante para nosotros.”
“En ese estudio también lo puse: con el gobernó frenteamplista se ve Gini post impuestos mejora en relación al Gini pre impuestos. La mejora no es sustantiva, como la que resulta de la política impositiva y de gasto de los países Europeos. En Uruguay, lo que influyó mucho fue la introducción en 2008 del IRPF, el Impuesto a la Renta a las Personas Físicas en lugar del viejo IRP.”
“Esos tres mecanismos: los salarios, los impuestos y el gasto público, y particularmente el gasto público social que es el que incide directamente en el acceso a servicios, son los que modifican la distribución del ingreso y determinan cuánto mejor o peor es esa distribución. Y en los gobiernos del FA, los dos rubros que más influyeron fueron la política de salud, de lejos, y el nuevo sistema de asignaciones familiares. Como se sabe, se cambió el sistema que venía desde 1943, que se conoce como asignaciones familiares; un plan de equidad que efectivamente modifica bastante el ingreso. De modo que las cuatro razones por las que mejoraron los indicadores de igualdad fueron salarios, sistema de salud, introducción del impuesto a la renta de las personas físicas y asignaciones familiares.”
“Esas razones dependen de políticas públicas; o sea: si no hay política públicas potentes, políticas salariales, políticas tributarias, políticas de gasto público social en general, los niveles de desigualdad o de concentración son mayores. En cambio, disminuyen cuando estas existen y son importantes, como lo fueron en el Uruguay del Segundo Batllismo, y fueron importantes en los gobiernos frenteamplistas. Entonces la desigualdad se atempera y los indicadores de igualdad mejoran en relación al punto de partida.”
La llave está en la acción del Estado. “La economía de mercado es naturalmente concentradora en tanto las empresas tienden a maximizar la tasa de ganancia, tienden a reinvertir y si es posible modificar la estructura de trabajo sustituyendo el empleo por tecnología en máquinas. En consecuencia, hay en general una tendencia conservadora natural de la economía de mercado, lo que hace el Estado a través de estas políticas –básicamente la política salarial, los consejos de salarios, la política tributaria y la política de gasto–, es amortiguar esos efectos y lograr que esa desigualdad mejore.”
“En los tres rubros que estamos analizando ha habido políticas de deterioro de la igualdad. La caída de la política salarial, se argumenta que se hizo para garantizar empleo, y, como al final lo que reciben los trabajadores no solo es su salario sino la cantidad de puestos de trabajo, eso podría haberse compensado. Pero eso no fue así. Como muestra ese trabajo de Fernando Isabella, la masa salarial de 2022 es menor a la de 2019. O sea, los trabajadores perdieron participación en la riqueza nacional; él estima esa pérdida para un millón y medio más o menos de trabajadores (y pasivos) sólo para 2022 en mil millones de dólares.”
“La distribución funcional del ingreso está empeorando, y en consecuencia aumenta la desigualdad. En términos de gasto público social hubo también, claramente, una reducción: la participación del gasto público social en la riqueza nacional también cayó: cayó el gasto en salud, cayó el gasto en educación, cayó el gasto en vivienda y entonces todos los indicadores muestran que la concentración de riqueza o sea el aumento de la desigualdad tanto funcional como personal ha sido una característica de estos tres años.”
“Y probablemente esto se va a consolidar en los cinco años de este gobierno, porque fíjate tú los indicadores en que está pensando el propio gobierno. El gobierno dice ‘aspiramos a que el salario real del 2024 recupere lo perdido y vuelva a nivel del 2019’. Eso está muy lindo decirlo así pues parece ‘¡ah!, qué bueno, van a recuperar el salario perdido’. Pero significa que al final de los cinco años el aumento salarial va a ser cero. O sea, después de una perdida muy importante el primer y segundo año de una nueva perdida, ya no tan importante pero perdida al fin, desde el tercer año, al final del quinto año va a quedar en cero, o sea los salarios van a aumentar cero, si eran cien pesos en el 2019 van a ser 100 pesos en el 2024.”
“El empleo, si se cumplen las estimaciones del gobierno, va a aumentar un 4% para el 2024 respecto al 2019. O sea que la masa salarial (el total de salarios que se pagan) crece 4%, Cero el monto del salario más cuatro de empleo, ¿está claro? ¿Y cuánto van a crecer las riquezas? Según las propias estimaciones del gobierno –yo las comparto pues me parecen razonables–, 9 a 10%. Con lo que vamos a tener un período entero de gobierno en el que la riqueza va a ser 10% más alta y lo que se llevó el conjunto de trabajadores y pasivos apenas va a ser 4% más. Quiere decir que hubo otros sectores de la sociedad que se apropiaron de plus valor de una mayor ganancia y que por lo tanto son los que van a crecer en su participación. Por lo tanto hay concentración de la riqueza; ya la hay y habrá más concentración de la riqueza en estos cinco años.”
“El monto de esa riqueza, que no va a los trabajadores y pasivos y de la que se apropia el capital, era de mil millones en 2022. En el 21 no era tanto pero eran otros tantos, ahora no recuerdo de memoria, y asumiendo que en el 23 y en el 24 va a empezar la recuperación, yo calculo que van a ser cerca de los cuatro mil millones de dólares.”
“Va a andar en ese orden la transferencia desde salarios y jubilaciones básicamente al capital, no al Estado. Porque el Estado no se va a apropiar de más riqueza en tanto la política pública en materia de gasto es de bajada, no de subida. Esa diferencia se la queda el capital, y básicamente el gran capital. Porque eso no se lo queda ni el ferretero ni el almacenero ni el que tiene una pequeña industria para hacer laminados, sino el gran capital que participa básicamente de la exportación, de la construcción inmobiliaria, de la industria manufacturera exportadora, y más.”
«La cifra de depósitos bancarios del 2022 (https://www.laondadigital.uy/
“Eso también influye en el futuro porque un excedente utilizado en reinversión productiva genera recursos, pero un excedente hacia el sistema financiero básicamente no tiene ese efecto. Y tenemos que, tienes que tener en cuenta que también en este proceso hay un factor que incide y es que hasta ahora la inversión privada y la generación de empleo de inversión privada se había mantenido a determinados niveles en tanto estamos todavía usufructuando las inversiones que provienen las grandes obras de infraestructuras del período anterior, básicamente UPM y el Ferrocarril Central. En el primer semestre de este año, algunas obras ya culminaron y otras están a punto de culminar. En consecuencia, también hay que ver cuál es la alternativa del punto de vista de la inversión. Pues desde el punto de vista distributivo, las noticias en general para este quinquenio no son buenas.”
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