Lula desembarca en China

Alex Mirkhan

Al menos 20 acuerdos comerciales esperan la firma conjunta de Brasil y China en el viaje que el presidente Lula, la cúpula de su gobierno y una nutrida delegación de parlamentarios y empresarios de diferentes sectores harán en seis últimos días del mes a China.

Brasil ampliará decididamente sus lazos con su mayor socio comercial desde 2009, que el año pasado marcó la cifra de 150.000 millones de dólares y ya es la principal fuente de inversión china entre todos los países de América del Sur.

Las principales alianzas, informó Itamaraty, serán en las áreas estratégicas de medio ambiente, cambio climático, transición energética y lucha contra el hambre, en las que se intensificarán las agendas.

Esta es la tercera visita oficial de Lula como presidente, y la primera en este mandato. Lula tiene prevista una reunión el 28 de marzo con Xi Jinping. Según Eduardo Paes Saboia, secretario para Asia y el Pacífico del Ministerio de Relaciones Exteriores, o Itamaraty, los dos países han venido convergiendo en la voluntad de intensificar agendas sobre temas favorables al agronegocio brasileño, como revertir la restricción china a la importación de carne vacuna, y sectores vinculados a la industria, el comercio y los biocombustibles.

También se esperan avances en la relación política. “La relación entre los dos países es buena, rica y densa, pero también, cuando dos países en vías de desarrollo se encuentran, cuando dos líderes se encuentran, también le hablan al mundo”, anticipó Saboia, respecto a las posiciones geopolíticas que se pueden tomar en conjunto.

Según Itamaraty, hay al menos 240 empresarios brasileños ya confirmados para formar parte de la comitiva de Lula, que –precisa Itamaraty– se harán cargo de sus gastos del viaje. Se espera alcanzar un número récord de adhesiones a un encuentro bilateral de esta naturaleza, que simbolizaría la solidez de los 50 años de relaciones bilaterales entre Brasil y China, celebrados en 2024.

La misión brasileña ha sido vista como un contrapunto a la falta de resultados concretos de la visita a Estados Unidos, a principios de febrero. A pesar del ambiente amistoso entre Lula y el presidente estadounidense Joe Biden, con quien se compartieron discursos en defensa de la democracia, hubo pocos avances en alianzas efectivas.

La frustración más publicitada en Brasil está relacionada con una donación aún esperada al Fondo Amazonía. El enviado especial de EEUU para el clima, John Kerry, estuvo en Brasilia a fines de febrero y reiteró la intención de su gobierno de colaborar con medidas para proteger los bosques brasileños, pero no estaba seguro de los valores a aportar

Si hay avances importantes en Beijing, Brasil se moverá en un escenario de disputa entre las dos grandes potencias mundiales, que además de competir por los mercados mundiales, también se oponen en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Un escenario tenso que requiere cálculos de la diplomacia brasileña.

Cuando se trata de Estados Unidos y China, hay una dimensión de suma cero desde el punto de vista político. Una relación más estrecha con uno puede dañar la relación con el otro. Hay un juego de condicionalidades abiertas, explícitas: si avanzas más aquí, enfrentarás más dificultades desde allí», explica Alcides Costa Vaz, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia. A pesar del pronóstico optimista que define los preparativos del viaje, señala Vaz, la historia indica que se necesita precaución. Esto, en el marco de la persistencia de barreras de carácter político dentro de Brasil y un escenario internacional más exigente para China, la segunda economía más grande del mundo.

Además de las contribuciones tecnológicas esperadas para proyectos destinados a la transición energética brasileña, el comercio electrónico también se ve con un gran potencial de capilaridad en varios sectores. Sin embargo, la agroindustria continúa siendo el buque insignia de las exportaciones brasileñas, en especial rubros como soja, etanol, fibras y productos textiles y forestales, según datos del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios.

Uno de los principales acuerdos de cooperación bilateral ya confirmados por los diplomáticos de Brasil y China contempla la construcción y puesta en órbita de un nuevo satélite chino-brasileño. El reparto de costos en proyectos de la Reunión de la Comisión Sino-Brasileña de Alto Nivel de Concertación y Cooperación (Cosban) viene ocurriendo desde hace más de tres décadas y estuvo marcado por el lanzamiento del primer satélite, en 1999.

El Programa de Satélites de Recursos Terrestres (CBERS) también ha sido blanco de la desconfianza de Washington, lo que habría dificultado la importación de piezas y componentes estratégicos de EE.UU. Los brasileños alegan que el sexto satélite que se lanza desde esta sociedad seguirá la misma lógica no militar.

«El CBERS 6 será el primer satélite desarrollado entre los dos países con tecnología que permite que el radar monitoree el bosque, incluso con nubes. Es un gran avance», afirma Saboia. “Creo que si hay un acuerdo de cooperación que pueda monitorear y conservar los bosques, será muy importante para el desarrollo de la humanidad”, complementa Law.

Otro resultado ya garantizado es la toma de posesión de la expresidenta Dilma Rousseff a cargo del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), nombre oficial del Banco BRICS. La comitiva de Lula se reunirá con Dilma en el tramo final del viaje, en Shanghai, donde está ubicada la sede del banco que actualmente invierte 763.000 millones de dólares en Brasil, principalmente en carreteras y puertos.

Sin embargo, el destino de los Brics, el bloque del que forman parte Brasil y China junto a Rusia, India y Sudáfrica, debería quedar sin respuesta tras la visita. Eso defiende el profesor Vaz, resultado del convulso escenario internacional y las dificultades del diálogo.

Si bien Rusia está interesada en abrir una puerta de diálogo, no podemos olvidar que India y China aún tienen diferencias importantes en sus agendas bilaterales, como los temas de seguridad, que nunca estuvieron en la agenda de los Brics, tan prometedores en el corto plazo”, concluye. (Reproducido con autorización de operamundi.uol.br)

 

  

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