Fossati es el personaje

 

La fiscal Gabriela Fossati hace ingentes esfuerzos por involucrar a la oposición política en el caso Astesiano. El vasto acionar de Astesiano deja afuera, según su investigación, responsabilidades políticas no asumidas por el oficialismo. Al querer involucrar al FA, provoca un deterioro institucional inédito en el Uruguay; politizar la justicia es algo que abre un camino descendente para la calidad democrática de la república.

No es que su investigación sobre el accionar de Astesiano encuentre conexiones políticas, lo que sería válido y además, deseable, porque es de sentido común que deberían estar. Ella fuerza el ingreso de la política al plantear conexiones con la oposición, que nada tuvo que ver con el tema, excepto como víctima. Sólo así se puede leer que Fossati pase a calidad de imputado, sin definir el delito que se le imputa, al ex director de Convivencia Ciudadana Gustavo Leal, que cometió la acción de pleno derecho y torpeza política de atender un llamado del padre de Astesiano para conversar. El Frente Amplio no logró, pese a su amplia consulta a juristas, encontrar una explicación fundada a la imputación a Leal. Recordado sea de paso, el padre de Astesiano declara haber buscado el apoyo del Frente Amplio para su hijo, ya que el Partido Nacional dejó de ampararlo: el ex jefe de la custodia Alejandro Astesiano, nos dice el padre, tenía una relación política con el Partido Nacional, por más que nadie se haga hoy cargo de esa responsabilidad política. Cabe preguntarse entonces si es arriesgada la hipótesis de que Alejandro Astesiano era un operador del Partido Nacional, y no solo jefe de la custodia con el abanico de posibilidades que le daba el cargo.

Fossati también acusó penalmente de injurias al presidente de la fuerza política opositora, Fernando Pereira, por valoraciones políticas que hizo en ejercicio de su función: sobre la calificación de indagado a Leal sin causa que lo justifique, sobre la ausencia de, siquiera, una investigación administrativa en base a las cámaras de Torre Ejecutiva sobre quién visitaba la cueva del cuarto piso.

Es para cuando va a declarar Gustavo Leal, para enterarse de por qué está como indagado y no como testigo, que ella adelanta su regreso de la licencia médica que eligió tomarse ante la difusión de los chats en los que enchastraba a medio mundo, Fiscal de Corte incluído. Su regreso impide que se archive la causa contra Pereira por obvia falta de mérito.

El caso Astesiano es la trama de corrupción más importante que atraviesa nuestro país desde la recuperación democrática, declaró la Mesa Política del FA. Y Pereira agregó: “Es para una serie de Netflix que el único indagado político sea del FA”. A esto hay que agregar que la sentencia a Astesiano acordada a cuatro meses y algo de iniciada la causa impide que el embargo a los chats de Astesiano con el presidente Lacalle llegue a los seis meses de vigencia, y necesite de fallo judicial para ser renovado. Tal vez allí haya elementos sobre la adjudicación de responsabilidad política a alguien; por favor, a alguien de los muchos posibles.

Al respecto, Pereira retomó el análisis del catedrático Germán Aller publicado en El Observador y comentó que “el juicio abreviado, en un caso en el que todos los días aparecen novedades o información nueva, parece demasiado apresurado, según el informe que leí”. Apuntó que él no va a hacer una valoración personal al respecto, pero sí opinó que esta sentencia demuestra que se cometieron delitos “vinculados a la corrupción que estaban al lado del gobierno”. Y Yamandú Orsi lo calificó de “política pura, en una cancha que no es la política.”

En un modelo de acción que recuerda al de la senadora Graciela Bianchi, el regreso adelantado de Fossati incluyó una visita a Astesiano para preguntarle qué le había preguntado el fiscal subrogante, lo que sugiere que su objetivo es controlar el accionar de la justicia y no de quién delinquió. Siguiendo las pautas del escandalete, Fossati se lo arma al fiscal subrogante, y tenemos un fiscal de Corte, Juan Gomez, que es cauto y contemplativo con quien lo relajó todito en los chats revelados. Para que el escandalete tenga continuidad, Fossati acusa al fiscal Romano de violencia de género, posibilidad que Gomez no zanja hablando con los testigos que, según Romano, presenciaron esa escena al Melato, que es el tono de desgarradora tragedia que lleva la impronta de la actriz italiana Mariángela Melato (1941-2013). No. El vilipendiado fiscal de Corte delega el caso para que se investigue, con lo que le da continuidad al tema impostado.

Todo este asunto se resume en que Astesiano y derivaciones a explorar, como el espionaje a senadores y liceales, como la preocupación que suscita (¿en quién será?) la concesión del puerto de Montevideo a Katoen Natie, quede cubierto por el humo, y el personaje pase a ser la fiscal Fossati. Ya hubo experiencias del camino judicial hacia la política, y la del juez federal brasileño Sergio Moro y sus ataques políticos a Lula Da Silva es cercana. Terminó mal para él, pero hizo mucho mal en el camino.

 

  

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