«Tus canciones es el territorio donde nada nos puede hacer daño».
Esta frase la vi escrita en un recital del Indio Solari y Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en el año 2011 en Junín, Argentina.
Estaba escrita y prolija en un trapo bien presentado, colgado sobre un alambrado. Tan igual como la familia ideóloga que nos compartía esa verdad. Eran un niño de la mano de su mamá y papá, con actitudes sobrias y educados como si estuvieran adornando el jardín de su casa bajo los rayos del Sol.
Esa verdad solo la podemos entender entre Ricoteros, no es fanatismo, es cultura y rock and roll. Lo mágico, es que cuando nos piden explicaciones no sabemos darlas, tal vez porque en esa ciudad efímera que nos convoca, el corazón no está preocupado por los fundamentos de la razón, aunque las letras y melodías tengan razón, por encima que también muchas veces se puedan equivocar, y se equivocan.
Esa verdad que no es la única verdad, entra en conflicto con la realidad cuando se termina la canción. Nos queda el rock and roll, la rebeldía y la ilusión como estandarte para poder sentir y seguir.
En el último sábado tuve la oportunidad de ir al recital de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en el Velódromo de Montevideo.
Compré un ticket para mí sin preguntar si alguien iba a ir. Siempre alguien va a ir. Así fue. Siempre es así. Sea en algún barrio en Uruguay o a cientos y miles de kilómetros en Argentina.
Larga jornada de asados y volumen alto de los parlantes a todo trapo, reunión con amigas y amigos. En mi caso participé y mucho disfruté pero ya estoy retirado. No es que esté limado ni podrido, al contrario, gracias al deporte que ejercité toda mi vida y continúo disfrutando, al estar a mitad de camino, mi cuerpo no resiste a ciertas piruetas eternas tóxicas. Por tales motivos, brindo y festejo con agua con gas. Sí, agua con gas. ¿Algún problema?. Te lo recomiendo.
La vida coherentemente saludable sin extremos es la que me conmueve, todo es más constructivo y tiene constante luz. La muerte está bien lejos y la alegría siempre acompaña, aunque a veces se quiera esconder por más que siempre la encuentre. Perderla y encontrarla es lo que la hace cada vez más bella.
Sé que varias y varios necesitan retomar este camino porque están derrapando y feo. No solo por un tema de desperdicio de salud y dinero, sino que gracias a su carente desarrollo emocional, no están capacitados para tanta intoxicación consigo mismo ni con las personas que las y los rodean. En realidad ningún humano con varias décadas soporta tanta intoxicación.
El compañerismo y el amor deben transitar la vida y los problemas siempre en beneficio por el camino de la alegría y el respeto. Así es como se construyen las verdaderas y sustentables amistades, parejas, familias y sociedades.
Cuando hay que llorar también hay que llorar, hace bien, nadie es menos por llorar y/o pedir ayuda. El problema es cuando las personas adultas lloran para poder mamar. Son egoístas e inaguantables.
El recital fue una celebración de la vida, no porque esté linda. Si mirás a tu alrededor, más allá de tus muros, no está para nada linda aunque el Sol cumpla el ciclo del Universo todos los días.
El problema no es el Universo. El problema de hoy en día es que el Poder está cada vez más enfermo, peligroso y asfixiante con su ideología dominante de miseria, mierda, guerra, miedo y muerte.
Lo lamentable es que el Poder no es una estrella pasajera y errante que es parte de un todo para mantener el equilibrio y la estabilidad del Universo. Es indignante y preocupante porque lo construye la gente y sus intereses. Muchas veces le da espacio a gobernantes que por ideología o incapacidad no cuidan en nada a su población ni votantes. Sus intereses van por otro lado y el daño siempre permanece.
En Uruguay el Presidente actual, recientemente acató unilateralmente directrices en beneficio de una compañía de tabacos, después que el Presidente anterior con el apoyo de la población logró un Maracanazo histórico, como Tabaré bien lo definió. Para enfrentar y ganar un juicio internacional a la Philip Morris por su intención de injerencia en nuestro país que sometió a presión a nuestra independencia y soberanía.
Con su displicencia, Lacalle Pou prefiere cantarle por ejemplo a cultura del cáncer de pulmón, otras enfermedades relacionados al consumo de tabaco y a los malla de oro.
Dicen especialistas y científicos que «todo lo bueno para la industria tabacalera es todo lo malo para la salud. No solo hay una medida, varias complementan la lucha global contra la pandemia del consumo de tabaco».
Luego por favor, no queremos escuchar a empresas encuestadoras que acomodan sus cifras para justificar el accionar del gobierno. No digo que sean mercenarias pero si responden a esos intereses.
Porque el número base que informaron ya viene con efecto. Las noticias de la flexibilidad de la política antitabaco venían acompañadas con encuestadora que tomaba como conclusión que en Uruguay desde el reglamento del gobierno de Tabaré Vázquez bajó un 10% el consumo de tabaco. Es y no es así.
En realidad, redondeando, bajó un 33% entre consumidores, y un 10% considerando la suma total entre fumadores y no fumadores.
El 33% es el número importante porque son los que se liberaron del vicio, es muy significativo y saludable que debe seguir mejorando. Las políticas antitabaco y el país tampoco pueden sufrir retrocesos respecto a este tema.
En el recital, el punto más álgido fue la fantástica voz y rockera de Luciana Palacios cuando cantó «Todo un palo» de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Las voces de todo el Velódromo se llenaron de oxígeno y se unieron como en un Haka para hacer sentir bien fuerte:
“¡El futuro ya llegó!
¡Yo voy en trenes!
(no tengo dónde ir…)
Algo me late
y no es mi corazón
¿Cómo no sentirme así?
¡si ése perro sigue allí!
¿Qué podría ser peor? (eso no me arregla…)
¡Eso no me arregla a mí!”
Ahí noté aires de cambios.
El Indio no estaba pero sí las presentes y futuras generaciones.
Hay mucha gente que ya no quiere ni soporta más daño. Solo hay que juntarse para ser más, dialogar y convencer a la otra parte. Decirles que nadie es dueño del mundo, que el mundo es para construirlo, disfrutarlo y vivir en paz entre todas y todos.
Suena a utopía pero a eso hay que cantarle. No hay que cansarse.
No perdamos nunca el rock and roll, la rebeldía y las ilusiones.
Defendamos a la cultura, la cultura que nos construye y nos salva.
Por Andrés Legnani
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