Más cerca de EEUU

El primero de setiembre, en Baltimore, Maryland, en instalaciones de la guardia costera de EEUU, se izó la bandera uruguaya en tres buques dados de baja, remozados y vendidos a Uruguay por 5 millones de dólares. La operación fue definida por el portal web pro Otan español infodefensa.com con la pregunta en el título de ¿Nueva etapa de las relaciones militares con EEUU?

La bajada del título atribuye esto a una política ya definida por Uruguay: “El país busca aumentar sus vínculos en defensa con EEUU ante la atenta mirada de China, su principal socio comercial”. Y en el texto se afirma: «Esta transferencia, que a nivel monetario y geoestratégico es muy pequeña, reestablece, sin embargo, una línea de cooperación entre Estados Unidos y Uruguay en materia naval, que había quedado básicamente interrumpida desde hace más de tres décadas…»

Y agrega: «Las declaraciones realizadas tanto por el contralmirante (USCG, o Guardia costera de EEUU) Douglas M. Schofield como de Mira Resnick, del Departamento de Estado de EEUU, remarcaron la voluntad de ese país de continuar y aumentar la colaboración con Uruguay, lo que fue refrendado por el comandante en jefe de la Armada de Uruguay, almirante Jorge Wilson, y el embajador de Uruguay ante Estados Unidos, Andrés Duran Hareau.»

También informa que Wilson y otros oficiales de la Armada uruguaya cumplieron con una serie de visitas que, más allá de aspectos protocolares, tienen la finalidad de «establecer nuevas líneas de cooperación y reforzar las existentes».

La información del portal consigna que la Armada uruguaya «necesita desesperadamente de soluciones para su situación operativa, que actualmente la encuentra sin buques de guerra de ninguna clase (…) y con su capacidad de patrullaje y hasta de rescate reducidos a la mínima expresión. De esas negociaciones se espera que pueda surgir alguna novedad positiva en el corto plazo para ayudar a recuperar esas capacidades.»

También hace este portal, que refleja claramente los intereses de EEUU, consideraciones geopolíticas que son de recibo. Así, afirma que «El vacío de apoyo militar de varias decenas de años en la región abrtió la puerta para que China comenzara a establecer relaciones en materia de defensa con países que históricamente dependían del material militar estadounidense. A través de donaciones y una marcada presencia política, China puso pie en la región con profusas ventas a Venezuela para luego extender su influencia a Argentina, donde instaló una base de seguimiento satelital, y ventas de aeronaves a Bolivia, entre otros. Adicionalmente, China continuamente está donando material militar a muchos países latinoamericanos, incluyendo Ecuador, Perú y Uruguay. En este último caso, la reciente selección técnica de patrulleros oceánicos de origen chino para equipar a la Armada puede resultar antagónico con la intención de fortalecer los lazos de cooperación con Estados Unidos, particularmente por la compleja situación geopolítica en el Mar de China y con Taiwan.»

 

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