En Uruguay es claro que estamos en una etapa o proceso de transición que no se sabe y no se entiende a qué. Es un problema de timón para toda la población que el gobierno debe solucionar. Es parte de su obligación de gobernar.
Es complicado subir por un barranco sin tener referencias del otro lado con qué te podés encontrar. Esto trasciende al riesgo político típico neoliberal. La desidia es irresponsabilidad.
Ser optimista sería encontrar buenos horizontes pero para lograrlo de manera sincera hay que estar bien informado. De no ser así, en realidad te estás construyendo sin estructuras que den verdaderos sustentos a tus sueños.
Los últimos hechos y noticias indican que no vienen buenas, vienen de mal en peor. Sin embargo tampoco todo está mal. Nadie lo puede negar.
Gobierno, sectores de la oposición y encuestadoras ya están perfilados para las próximas elecciones. Esto es un grave error.
Van dos años y medio de gobierno de la coalición multicolor. ¿Tan fácil es hacer y deshacer o deshacer y no hacer?. ¿Tan equivocados están unos u otros?. ¿Tan blanco y negro somos?. ¿El Parlamento es Ámsterdam o Colombes?.
Al partido del gobierno actual gobernar es como una piedra en el zapato, ¡Paradoja!. Se lo nota incómodo, sin entusiasmo, irritado ni inteligencia para gobernar. Le es indiferente si la fiesta es buena o los comensales están cómodos y bien servidos. Le preocupa caer en buenas fotos como la cumpleañera que solo le importa estar presentable y linda pero no sabe disfrutar de la fiesta. Todo el esfuerzo familiar, económico y humano es en vano.
La oposición es como un bólido a toda velocidad y ruido hacia la meta de las elecciones. Si no es por la síntesis y liderazgo en la figura de Fernando Pereira, de notable trabajo, varias piezas comienzan nuevamente a descarrilar y mostrar su protagonismo priorizando sus intereses sobre lo colectivo.
Son las mañas típicas de algunos sectores importantes que les cuestan acordarse de Seregni y de mantener una línea original Frente Amplista. No entienden al Frente Amplio como una fuerza constructora de cambios sino como un conglomerado de intereses sectoriales con el fin único de ganar elecciones y a ver quién llega primero.
Algunas encuestas indican que la alta desaprobación sobre el gobierno es tan igual de alta como la desaprobación sobre la oposición. Esto es una alarma para la democracia en Uruguay.
¿Por qué?.
Hoy en día no hay una tercera opción en Uruguay. Si mirás el frasco no surge nada nuevo. Tal vez en el fondo ves intentos de opciones con grandes dificultades en la garantía y calidad democrática además problemas enormes de gobernabilidad.
Esto indica esquemáticamente que no se va por un buen camino como país. País dividido solamente en dos mitades sin acuerdos ni proyecciones importantes entre las partes, la mayor responsabilidad la tiene el gobierno actual. También no hay aire de cambios. La responsabilidad a la falta de esto la tiene la gente, no la oposición.
Estaría bueno en las personas en que la realidad no les llega por los ojos ni por los oídos, ya que la ceguera y sordera los tienen totalmente tomados, por lo menos intenten sentir y analicen un poco la situación, sin ser corrompidos por emociones tipo barras bravas.
No solo es cuestión de números y afectos simbólicos sino también de pulso. Uruguay no es Montevideo también es todo el largo y ancho del territorio país. ¿La oposición llega con su voz al interior o solo el área metropolitana?. A su vez, ¿con qué voz llega a esas regiones?. ¿Es una voz que atraviesa, abre espacios y cambia el rumbo entre los caudillos, tradicionalistas, recintos conservadores y murallas culturales?. ¿Para las personas de esos territorios representa una verdadera y necesidad voz de cambio?.
No hay aire de cambios y el clima es crispado. Peligrosamente crispado. Nada de esto es bueno para el Uruguay.
Nuestra democracia en las últimas semanas estuvo con síntomas graves de salud o alergias. No por culpa del Frente Amplio ni tampoco por estudiantes, maestros y profesores, que luchan con claras convicciones por una educación mejor, sin recortes ni retrocesos.
No es aceptable en una verdadera democracia, escuchar a una Senadora representante del gobierno como presiona y amenaza a la libertad de prensa. Además de todos sus repetidos exabruptos que no condicen con su profesión de profesora y el cargo republicano que ocupa.
No es aceptable en una verdadera democracia, ver y escuchar insultar en la cara al Presidente. Al Presidente, elegido democráticamente, se lo puede criticar pero no gritarle hijo de puta o de la yuta. ¿Así a quién quieren convencer y que sus reclamos los tomen en serio?.
No es aceptable en una verdadera democracia, las pintadas en la casa del Presidente de ANEP. Reclamar así tiene menos estrategia que las políticas del gobierno. Juegan para ellos, ¿no se dan cuenta?.
No es aceptable en una verdadera democracia, la cantidad de asesinatos e inseguridad entre los habitantes. El problema es que nos vamos acostumbrando.
No es aceptable en una verdadera democracia, que los partidos políticos no informen ni exista un reglamento que los obligue a informar de dónde solventan y financian económicamente sus campañas políticas.
No es aceptable en una verdadera democracia, que políticos de Uruguay firmen declaraciones que tomen postura por temas relacionados a la Justicia de otros países democráticos. Sorprende más aún que es para defender con ojos cerrados a políticos extranjeros que desde la letra C a la K generaron una red de fortunas desorbitantes y exponenciales. Trabajando o con cualquier cargo de gobierno son fortunas habitualmente imposibles de generar. Por lo menos cuando existen pruebas permitan investigar.
Lula en Brasil aceptó que en su gobierno hubo corrupción, de paso lo utilizaron para boicotear a su partido y a la democracia. ¿Hubo corrupción?. Sí, hubo corrupción. La corrupción es grave derivó en Bolsonaro. Antes de tirarte a la piscina fijate si hay agua porque el golpe es peor.
No es aceptable en una verdadera democracia, que el gobierno no acepte ni se haga cargo en el Parlamento de ninguna responsabilidad sobre el tema del pasaporte expedido al crimen organizado. A su vez cesan del cargo a unos de los responsables políticos en la habilitación del trámite. En conclusión todo cae por su propio peso. Esta vez de manera express.
Nunca es bueno sentir el vacío de rumbo de cualquier gobierno. El problema mayor sería si empezáramos a sentir el vacío del poder, o también, para el otro lado, la presencia mal usada del poder. Por eso es importante que la democracia sea ejecutada de todas las partes con fiel responsabilidad y compromiso.
No solo justificadamente la oposición le retira la confianza al Ministro del Interior y al de Relaciones Exteriores sino que con hechos y actitudes no aceptables en una verdadera democracia, la gente le va retirando interés y confianza al sistema político. De tal manera la democracia se va desgastando.
Gobierno y cualquier tipo de oposición cuiden la democracia. Construyan y trabajen para mejorarla en calidad y que sea más ancha.
Gobierno y oposición la gente tiene muchos problemas para prestarles tanta atención a ustedes. Si no encuentran su lugar, lamentablemente, los oportunistas y dinosaurios pueden aparecer, e inevitablemente, volverá la oscuridad que nadie quiere vivir ni tener.
Por Andrés Legnani
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