Petro avanza en Colombia

De las elecciones internas y legislativas en Colombia, realizadas el domingo, surgió un hecho histórico. El líder de la izquierda colombiana arrasó en su interna y su volumen de votación se reflejó también en las legislativas del mismo día. La interna de la izquierda y el progresismo recibió más de cinco millones de votos, casi la misma cantidad de las internas de la derecha y el centro juntas. El rival a enfrentar, que intentará frenar a Gustavo Petro, será seguramente Federico Gutiérrez, ganador de la interna de derecha.

La batalla electoral puede llegar a definir la presidencia sin recurrir a la segunda vuelta y tendrá lugar en pocas semanas. Petro calificó la votación como “el mejor resultado del progresismo de la historia de Colombia.” Expresó su satisfacción de haber logrado ser una fuerza arrolladora, siendo su partido, el Pacto Histórico (en el que ganó la interna por abrumadora mayoría), el más votado también en el Senado y en varios departamentos en la Cámara.

El progresismo le ganó a los partidos tradicionales; Liberal y Conservador y votó muy por encima del partido del ex presidente Alvaro Uribe, que en pasadas elecciones era mayoritario.  La votación de Petro más que duplicó al candidato vencedor de la interna de la derecha, Gutiérrez, y afirmó que “estamos ad portas de ganar en primera vuelta”.

Estos resultados motivarán conversaciones múltiples para afrontar la primera vuelta. Pero no parece equivocarse Petro en sus apreciaciones. Si auguran, sin duda alguna, una contienda muy polarizada y de significativos impactos en el escenario continental y global. En este mundo convulsionado, en máxima tensión por las consecuencias de la guerra en Ucrania, en medio de un proceso de “transición” hegemónica, se generan movidas geopolíticas, económico-comerciales y financieras de la más diversa índole. Colombia podría perfilar un cambio importante de la política continental.

En Octubre serán las elecciones en Brasil.

Estados Unidos está elevando la apuesta en Colombia. Recientemente le propuso al presidente Iván Duque una alianza militar de similar entidad a la de la OTAN. En paralelo a sus movimientos de reinicio del diálogo con Nicolás Maduro en Venezuela. Seguramente en preparación de un muy posible triunfo de Lula en Brasil. Petro se moverá en un terreno muy difícil y peligroso. Sus pasos deberá medirlos con precisión.

Colombia arrastra heridas muy profundas. Ha vivido un estallido social con represión salvaje y violaciones sistemáticas de los derechos humanos por parte del gobierno de Duque. Los asesinatos a exguerrilleros y líderes sociales y de izquierda conforman un verdadero genocidio. La sociedad está golpeada por una violencia terrible. Si Petro logra vencer, el primer gobierno de izquierda progresista de la historia recibirá un país dolido y sufriente, polarizado y signado por los efectos de la violencia pasada y reciente y por ser un país clave para el imperialismo estadounidense. Este se encuentra en plena ofensiva global por detener o enlentecer su decadencia y Latinoamérica está en la disputa de la hegemonía mundial.

Con Gabriel Boric en La Moneda (el palacio presidencial chileno), Petro cerca de ganar.  Lula en octubre con grandes perspectivas de volver a la presidencia de Brasil, se le abriría a Latinoamérica la posibilidad de conformar una convocatoria continental. Que le devuelva una voz en el mundo y la saque de la irrelevancia. El futuro sería diferente.

En un mundo tensionado y convulsionado, todo puede cambiar el curso de los acontecimientos. La incertidumbre domina. Los objetivos de la izquierda democrática y el progresismo, en América Latina y en el mundo deben unificarse en torno a una gobernanza mundial, fortaleciendo y democratizando el multilateralismo y desprivatizando las grandes decisiones de la economía globalizada. Terminando con las hegemonías de las potencias estatales y de las grandes transnacionales, parando la carrera armamentista, el cambio climático y el rearme nuclear. Impulsando la inclusión y combatiendo la repudiable desigualdad. Pero Petro debe ganar en Colombia.

Por Carlos Pita
Fue embajador de la República en Chile, España y Estados Unidos

 

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