Ariel Cazes; fui desvinculado del SODRE

Quiero comunicar a tantos colegas cantantes, músicos, directores musicales y escénicos, escenógrafos, técnicos, funcionarios, compañeros y amigos de muchos años, de aquí y tantas latitudes que fui desvinculado del SODRE y ya no estaré al frente de la Dirección de la Ópera ni la Dirección de Proyectos Especiales (que creó a partir de 2016 el Coro Nacional de Niños y el Coro Nacional de Jóvenes).

El 31/07/2020 el nuevo Consejo Directivo presidido por Martín Inthamoussu desafectó al Mtro. Igor Yebra (BNS), que continuará hasta la finalización de su contrato el 31/12/2020) y a quien escribe, (Ópera y Programas Especiales), en una decisión unilateral sólo habilitada por la precariedad de los contratos por fideicomiso que nos vinculan a la institución. El SODRE es de los pocos teatros que haya conocido en casi 30 años de carrera que no tiene Dirección Artística, rol que ejercí por 6 años ininterrumpidos entre 2010 y fines del 2015.

Desde esa época y hasta el presente el teatro nacional de Uruguay es manejado desde lo artístico de forma precaria por parte de sus autoridades. Esa dirección “transversal” como le gusta decir al nuevo presidente es colectiva y todo está librado en definitiva a la desigual distribución de recursos para las distintas direcciones. Esto obviamente implica que no exista balance en la programación de los distintos cuerpos estables. Paralelamente a mi desvinculación, se crean cargos inéditos. La idoneidad y trayectoria no son cualidades que precie el nuevo presidente para nombrar directores.

Al decir de Jesús Quinteros…”todo es superficial, frívolo, elemental, primario…, para que otros puedan entenderlo y digerirlo…” Contrarrestando esa frase y como epílogo de nuestra gestión, el pasado año montamos junto a un formidable equipo, la ópera “Tristán e Isolda” de Richard Wagner con la cual ganamos el primer premio Florencio de la historia para el SODRE. Podría escribir un libro de situaciones vividas en una década o del propio motivo de mi desvinculación. Sólo puedo decir con absoluta franqueza y comprobable veracidad que el presidente del Sodre mintió reiterada y deliberadamente. Y tampoco, (que tal vez sea lo más lamentable), dio la cara.

Pero estas líneas tenían otro destino y otros motivos. Puro agradecimiento a tantos grandísimos compañeros y hoy amigos funcionarios del Auditorio Nacional y del viejo SODRE por estos más de 10 años compartidos. Sobre todo los que pasan desapercibidos. Técnicos de todas las áreas, equipo de mantenimiento, personal de limpieza tercerizado, personal de sala, y boletería. Ellos han sido grandes responsables de lo que hoy es el Auditorio Nacional, un modelo a seguir.

Son seguramente cientos los Maestros: directores, directores escénicos, músicos solistas, cantantes, escenógrafos, coreógrafos, que hicieron grande, muy grande esta casa en su primera década y millones de ciudadanos que presenciaron grandes espectáculos. A todos agradezco por su maestría, compromiso y profesionalismo, cualidades que valoré especialmente a la hora de convocarlos y por esa posterior amistad que surgió desde el trato y respeto mutuos. Ojalá nos encontremos pronto.

Los abrazo fuerte con eterna gratitud.

Por Ariel Cazes Spinoglio

 

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