Aunque se me caiga un lagrimón, es inevitable que vuelva a escribir sobre los espacios públicos, en general y sobre el Parque Rodó de San José, en particular. ¿Por qué? Porque dentro la historia que le conozco, no lo recuerdo en peores condiciones.
Su estado general, en materia de limpieza, mantenimiento y corte de pasto, deja mucho qué desear. Estimo que las horas extras en las que tanto gasta la Intendencia de San José, no están invertidas en el Parque o al menos no las hacen realmente allí. No sé qué dirán los papeles.
La pista de kart tiene cada vez más actividad, por suerte para las personas vinculadas a este deporte o a las carreras de motos; por desgracia, para quienes van al parque a gozar de tranquilidad y de la naturaleza. No son compatibles estas dos necesidades y gustos de la población. El ruido y olor propios de estos deportes no concuerda con el espacio verde por excelencia que tiene la ciudad.
Los quinchos, que fueron cercados con una valla para su cuidado y mantenimiento, han sido olvidados: las parrillas están caídas y más de un brasero no funciona. A lo mejor esto es responsabilidad del privado que alquila, pero esta situación confusa afecta un servicio municipal único.
Una pregunta me ha quedado colgada desde hace tiempo: ¿Quién utiliza el circuito de autos teledirigidos al fondo, junto a la pista de skate? ¿Qué razones o de quiénes fue la idea de esta construcción? Más cemento, menos verde ¿en nombre de qué?
El tema de la piscina del Parque amerita otra columna, porque debería ser analizado en el conjunto de servicios de piscinas públicas en todo el departamento. Sólo un aspecto no puedo dejar de mencionar: comenzó a funcionar a mitad de enero, mientras que la piscina de Libertad, por ejemplo, con la gestión de una comisión de vecinos/as, comenzó a funcionar a principios de diciembre sacándole el jugo al verano al máximo.
Llegamos al Estadio de Baby Fútbol, bueno, en realidad no sé cómo llamarlo. En este momento el pasto está altísimo, tanto que intima acercarse. Hay una construcción edilicia que pueden ser vestuarios, de apariencia acabada. Sin embargo, lo que llama la atención es que la obra está parada. Hace meses que no se ve movimiento y tampoco hay cartel alguno de esos que informan de qué se trata, empresa contratante, plazos, etc. Intento adivinar el futuro pero no se puede y se me ocurren sólo dos posibilidades. La primera es que se esté esperando más cerca de la campaña electoral para inaugurarlo con bombos y platillos ya que luego de ser votado en varios presupuestos quinquenales -tendríamos que tener como 4 o 5 de ellos -, el Estadio de Baby Fútbol se terminó. La segunda es que permanezca en ese estado, porque el presupuesto no alcanza, por desidia o yo qué sé qué. No quiero el Estadio de Baby Fútbol allí, lo vengo diciendo desde hace mucho tiempo. Pero por la mitad, es peor aún.
La pregunta que engloba a todas las anteriores surge sola: ¿a quién le sirve que el principal paseo de la ciudad de San José esté en estas condiciones? Desde luego, no creo que al Intendente. ¿El Parque avanza en este retroceso sostenido por alguna interna del Partido Nacional? Sería más que lamentable.
Hace algunos meses hice el siguiente planteo en la Junta Departamental: Si el Parque Rodó de San José ya no existe porque hoy es otra cosa, si se ha convertido en un sitio multideportivo, de recreación nocturna con un lindo entorno natural, la ciudad necesita otro espacio verde diferente. El crecimiento de la población y sus necesidades de tiempo libre ameritan que nuestra gente tenga un lugar de desahogo que sea público, amplio, verde y de calidad.
–
Por Ana Gabriela Fernández
Edila en la Junta Departamental de San José. Actriz egresada de la EMAD y Educadora Social. Doctoranda en estudios de Género en la Universidad de Oviedo. Docente e investigadora en el Programa Género y Cultura de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)
La ONDA digital Nº 892 (Síganos en Twitter y facebook)
(Síganos en Twitter y Facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.