Argentina vive estos días una profunda crisis económica y política, que se refleja en una inusitada suba del dólar que en los últimos doce meses alcanzó un aumento del 100%. Es una crisis de confianza en el mercado financiero. Es una crisis de confianza con respecto al gobierno, con respecto al equipo económico, e, inclusive, al presidente de la república Mauricio Macri. La derecha económica le pierde confianza a la derecha política.
Macri inicia su gobierno intentando un acercamiento con los EE UU, pero se le dificulta porque Trump inicia etapa de proteccionismo. Los integrantes de su equipo económico son clásicamente ortodoxos y no consiguen alcanzar sus metas económicas y financieras.
Las causas centrales de la crisis son internas. En algún momento pudieron influir el aumento de la tasa de interés en los EE UU, la depreciación de la lira turca o de la moneda de Brasil. Pero siempre los efectos económicos y financieros fueron más profundos, más desequilibrantes en Argentina que en otros países emergentes. Los movimientos bruscos del tipo de cambio se intentaron combatir con un acuerdo con el FMI, pero no fue suficiente. La fuga de capitales, la compra de dólares, el aumento del tipo de cambio, la depreciación de la moneda nacional, el aumento de la tasa de interés y de la inflación continuaron. Esta semana se inicia una etapa a través de un nuevo acuerdo con el FMI, con un ajuste más duro.
Para el gobierno argentino el déficit fiscal es la causa de todos los males: de la deuda, de la inflación, del crecimiento, del empleo, de la pobreza. Aumentaron las retenciones a las exportaciones, pero bajará el gasto público y la inversión pública. Para 2018 se espera una caída del PBI de 2,4% y un aumento de la inflación que el gobierno estima llegará al 42%. Recordemos que la tasa de interés se ha fijado en 60%. Macri ya anunció aumento de la pobreza, a lo que se agregará aumento del desempleo, caída del salario real y regresiva distribución del ingreso. Las elecciones nacionales son el 2019.
La situación argentina ayuda a entender que pasaría en Uruguay si gana el partido Nacional. La crisis argentina repercute en el Uruguay. En Argentina no hay corrida bancaria. En Uruguay tampoco, pero además los depósitos de argentinos en bancos instalados en Uruguay apenas alcanzan al 5%. Hubo una fuerte demanda por el dólar que fue correctamente resuelta por el Banco Central, controlando volatilidades y cambios bruscos. La imagen de Uruguay en el mercado financiero internacional es muy buena por su solidez y estabilidad y esto ayuda en estas situaciones críticas. En principio la crisis argentina no genera disturbios financieros.
Total fracaso de la derecha argentina que sin duda va a repercutir políticamente. Que van a decir en el Uruguay los Lacalle Pou, los Talvi, la derecha económica y política. Ni hablemos de Brasil ni de la Unión Europea que destrozó a Grecia. Esto también es parte de la campaña electoral que se desarrolla en nuestro país.
Uruguay tiene un fuerte atraso cambiario que afecta la competitividad. Las fuertes depreciaciones de la moneda argentina van a influir negativamente en el turismo en el Uruguay. Va a aumentar el turismo de compra de uruguayos en la Argentina. Puede influir en las exportaciones de Uruguay a la Argentina e inclusive a terceros mercados, donde va a ser difícil competir con productos similares de Argentina.
En esencia, total fracaso de la derecha argentina que sin duda va a repercutir políticamente. Que van a decir en el Uruguay los Lacalle Pou, los Talvi, la derecha económica y política. Ni hablemos de Brasil ni de la Unión Europea que destrozó a Grecia. Esto también es parte de la campaña electoral que se desarrolla en nuestro país.
Por Alberto Couriel
Economista y ex senador
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