Elecciones en Brasil: Una extraña campaña que se libra entre un preso y el Poder Judicial

Una disputa encarnizada, hora a hora, entre un candidato encarcelado y condenado a 12 años de prisión y los más altos tribunales del país, son el escenario principal de una campaña electoral cuyo primer turno se celebrará el próximo 7 de octubre en Brasil.

Gilberto Lopes desde Brasil

El round más reciente se libró el pasado fin de semana. Corriendo, adelantando plazos, improvisando agendas, el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil sesionó hasta la madrugada del sábado para considerar una apelación del Partido de los Trabajadores (PT) contra la prohibición de que su candidato, el expresidente Luis Ignácio Lula da Silva, pueda hacer campaña electoral.

La decisión, adoptada por seis votos a uno, rechazó la apelación del candidato. El relator, magistrado Luís Roberto Barroso, ordenó retirar el nombre de Lula de la lista de candidatos del partido, prohibió su participación en actos de campaña y le dio diez días al PT para nombrar un candidato sustituto.

El partido contestó: “Frente a la violencia cometida hoy (viernes) por el TSE contra los derechos de Lula y del pueblo brasileño que quiere elegirlo presidente de la República, el Partido de los Trabajadores afirma que continuará luchando por todos los medios para garantizar su candidatura en las elecciones del 7 de octubre”. La nota argumenta contra la afirmación de que la resolución sea definitiva y recuerda que todavía hay recursos siendo tramitados en dos de los más altos tribunales brasileños, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) y en el Supremo Tribunal Federal (STF).

Preso desde hace cuatro meses, condenado a poco más de 12 años de cárcel, Lula no puede ser candidato de acuerdo con la ley de “ficha limpia” que se aprobó en su gobierno y que impide a los condenados en segunda instancia hacerlo.

Urgencias
Pero hay dos aspectos en discusión en torno a su caso. Uno es el de los procedimientos jurídicos y los plazos para los juzgamientos y las apelaciones. En el caso de Lula, todos han sido anticipados, para resolverse antes de las elecciones de octubre próximo. La decisión del viernes pasado, en una sesión que, en realidad, entró por la madrugada del sábado, no escapó a esa característica. Urgía una decisión, pues el sábado mismo empezaba el período de propagando gratuita que el Estado pone a disposición de los partidos y de la que el PT solo dispone de menos minutos que el candidato del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), Geraldo Alckmin. Sin una resolución que lo impidiera, Lula podría aparecer en la propaganda de su partido y reforzar una ventaja que las más diversas y reconocidas encuestas le dan frente a todos sus rivales, sumando cerca de 40% de las preferencias y superando la suma de los cuatros candidatos que lo siguen. Alckmin es solo el tercero en esa lista y se estima poco probable que, pese al tiempo de televisión de que dispondrá, pueda remontar la diferencia.

El relator, magistrado Luís Roberto Barroso, ordenó retirar el nombre de Lula de la lista de candidatos del partido, prohibió su participación en actos de campaña y le dio diez días al PT para nombrar un candidato sustituto.

Siguen a Lula en las preferencias el diputado y excapitán del ejército, Jair Bolsonaro, un defensor de la dictadura militar, del uso de armas y de la tortura, con cerca de 20%; la exministra del gobierno de Lula que luego se alió al PSBD en las elecciones pasadas, Marina Silva, con 7%; Alckmin, con 6% y Ciro Gomes, con 5%.

La reconocida columnista brasileña Tereza Cruvinel habló de presiones enormes, que actuaron entre la noche del jueves y la tarde del viernes para que el TSE anticipase el juzgamiento de los pedidos de impugnación de la candidatura del expresidente Lula, impidiendo, como consecuencia, su acceso al horario electoral de hoy (sábado). “Esa fue la razón de la prisa y de las presiones”, atropellando las leyes y los plazos, para impedir que Lula apareciese en la propaganda electoral del PT, afirmó Cruvinel, quien recordó también la imposibilidad de que los jueces pudieran leer las 200 páginas de la argumentación de la defensa antes de la sesión.

Resistir
La otra expectativa de los jueces que votaron a favor de la prohibición de la candidatura de Lula era que la resolución obligara el PT a buscar desde ya un candidato sustituto. Se trata de una expectativa reiterada, desde que, también en juzgamiento apresurado, pasando por encima de plazos y precedencias, se confirmó, en segunda instancia, su condena por un supuesto delito de corrupción. Delito que no solo Lula no acepta haber cometido, sino que, según destacados juristas y políticos, nacionales e internacionales, los tribunales no han podido probar.

“Toda la propaganda oficial de los golpistas será la de decretar el fin del a candidatura Lula, coherente con lo que vienen haciendo desde principios del año”, estimó diputado del PT Renato Simões, al analizar la resolución del TSE. “Resistimos a esta narración durante todo el año 2018 y necesitamos seguir haciéndolo. La decisión del TSE no es la decisión final sobre la candidatura del presidente Lula y el PT va a hacer todo lo necesario para intentar viabilizar esa candidatura”, agregó.

Para Simões lo ocurrido fue otro “festival de arbitrariedades”. Ahora lo que sigue es un recurso en el Supremo Tribunal Federal (STF). La trinchera jurídica no se agota, reiteró. El juez Fachin (miembro del STF) reconoció el derecho de Lula de ser candidato, agregó, y recordó la decisión de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que pidió garantizar los derechos de Lula a ser candidato mientras existan recursos de apelación pendientes de resolución, como es el caso. En medio de una polémica entre los magistrado, Fachin estimó que la resolución de la ONU es de acatamiento obligatorio para Brasil.

En esa pugna, Lula ha contado también con importante apoyo internacional. La visita más reciente que recibió en su celda, en la ciudad de Curitiba, capital del estado de Paraná, al sur de Brasil, fue la del líder socialdemócrata alemán, expresidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz.

Los procedimientos de la justicia brasileña con Lula “provocan más preguntas que respuestas”, afirmó Schulz luego de su reunión con el expresidente, el mismo viernes en que el TSE se reuniría, en horas de la noche, para decidir la apelación del expresidente. Desde mi punto de vista, “Lula fue preso con base en procedimientos muy cuestionables y dudosos”.

Campaña
En todo caso, la resolución del TSE solo significó una vuelta de tuerca en el pulso entre el Poder Judicial con el expresidente.

Con Lula en la cárcel, el que hace campaña por todo el país es su hasta ahora candidato a vicepresidente, Fernando Haddad. En gira por las capitales del nordeste, donde Lula goza de las mayores ventajas frente a sus rivales, Haddad reiteró que la decisión del partido es “luchar por la candidatura del Lula”.

“Venga con nosotros, vamos para las calles, no vamos a bajar la cabeza”, fue la consigna repetida, mientras recorría las calles de la capital de Alagoas, Maceió.

La estrategia del PT ha sido reiterada por los dirigentes del partido. “La candidatura del presidente Lula tiene el apoyo de los electores brasileños”, insistió el diputado Simões. “Mientras el Poder Judicial se hundió en el debate de sus propios intereses corporativos de aumentar sus salarios en índices incompatibles con la realidad nacional, una medida rechazada por el pueblo brasileño, el presidente Lula aumentó su popularidad y su aprobación. Por lo tanto en esta confrontación entre el Presidente Lula y el Poder Judicial golpista, esta semana la ventaja fue del presidente Lula”, estimó.

El desafío para el PT es lograr la transferencia de los votos de Lula a Haddad, caso se confirme la prohibición de que el expresidente pueda ser candidato. Es en torno a esto que se libra la lucha con el Poder Judicial, transformado en actor electoral, cooptado por los grandes intereses políticos, como lo fue en Costa Rica, en 2003; en los golpes que permitieron destituir a los presidentes de Honduras y Paraguay; o en la actual ofensiva contra la expresidente de Argentina, Cristina Fernández.

La campaña electoral brasileña entra este mes en su recta final. La mayor novedad es el inicio de la propaganda electoral gratuita en televisión, que se reparte entre los partidos según sus votos en elecciones anteriores, y es particularmente importante en la campaña en el país.

Si bien la disputa en torno a la candidatura de Lula ha acaparado la atención de los medios, en octubre se renovarán también las dos cámaras del congreso federal, los gobiernos de los estados y sus poderes legislativos, así como las alcaldías.

Por Gilberto Lopes
Escritor y politólogo, desde Brasil para La ONDA digital
gclopes@racsa.co.cr

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