Paradoja en Rusia | Los hijos del saqueo de sus patrias visibilizados en el mundial

Fancia obtuvo la copa mundial con un seleccionado en el que 14 de los 23 convocados eran jugadores de origen africano. La mitad de los futbolistas que Bélgica llevó a Rusia también tenían sus raíces en el continente negro y de ascendencia africana o jamaiquina eran algunos de los deportistas ingleses. Lo mismo los equipos de Alemania, España o Suiza.

Fueron Mbappé, Fekir, Kimpembe, Umtiti, Pogba o Nzonzi, hijos de inmigrantes negros, algunos de quienes cubrieron de gloria a Francia.

Sin embargo, paradójicamente, la Europa que por siglos rapiñó las riquezas y las materias primas producidas por Africa, ya no quiere aceptar más en sus playas a los fugitivos que por miles cruzan el Mediterráneo en frágiles embarcaciones, huyendo del hambre y las guerras, en una emigración obligada.

En el mismo mes de junio en que se inauguró el Mundial 2018, Italia y Malta se negaron a aceptar en sus puertos a 629 personas, entre ellos 123 niños y siete mujeres embarazadas procedentes de Eritrea, Ghana, Nigeria y Sudán, que se encontraban en grave riesgo y fueron rescatadas el sábado 9 frente a las costas de Libia por el barco de la ONG francesa “Sos Méditerranée”.

El flamante viceprimer ministro y ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, prohibió a los inmigrantes desembarcar en sus puertos. Por si alguien tuviera dudas, el funcionario que también es líder de la derechista Liga Norte, aclaró que «desde hoy Italia comienza a decir ‘no’ al tráfico de seres humanos» y la inmigración ilegal.

Salvini tuvo la ocurrencia de pedir a Malta –un pequeño país insular- que recibiera a la embarcación, pero el gobierno de La Valeta respondió que el barco de la ONG francesa realizó el rescate en una zona que no es de su competencia, así que no pensaba hacerse cargo. Finalmente, el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, dio instrucciones para que su país «cumpla con los compromisos internacionales en materia de crisis humanitarias» y acoja al barco en el puerto de Valencia.

Pero la mayoría de los líderes europeos ya han decidido cerrar sus fronteras a los miles de hombres y mujeres que huyen de sus países, y hasta han acordado instalar “centros controlados” de procesamiento de personas para separar a los viajeros que a su criterio corren verdaderos riesgos en sus naciones y precisan el asilo, de quienes sólo son “inmigrantes ilegales”. La Unión Europea estudia establecer esos centros fuera de su continente, posiblemente en el Magreb, en el norte de Africa.

El número de inmigrantes que han perdido sus vidas en el intento por cruzar el Mediterráneo y alcanzar las costas del Viejo Continente ya sobrepasa los 15.000, cifra que representa más del 50% de los refugiados muertos en el mundo entre 2013 y 2017.

En los estadios de Rusia le dieron brillo al torneo muchos los hijos de inmigrantes que lograron sobrevivir a la travesía y al rechazo de los gobiernos europeos. Lukaku, Boyata, Batshuayi y Kompany, quienes fueron piezas importantes para que Bélgica obtuviera el tercer puesto, tuvieron padres nacidos en la República Democrática del Congo, el ex Congo belga. Romelu Lukaku, el mayor goleador en la historia de Los Diablos Rojos, contó que ha sufrido discriminación y que “cuando las cosas van bien en el equipo, para la prensa soy el delantero belga Romelu Lukaku, pero cuando las cosas van mal soy el delantero de origen congoleño”. Les recuerda a todos que “nací en Bélgica y crecí en Amberes, Lieja y Bruselas. Soñé con jugar para Anderlecht”.

El Congo ha contribuido grandemente a forjar la riqueza del país europeo. El rey Leopoldo II de Bélgica tenía el sueño de ser uno de los más grandes multimillonarios del mundo y lo logró. También fue uno de los mayores genocidas de la historia. Gobernó el Congo belga entre 1885 y 1908 con una crueldad que asustaba y estableció que aquel pais era de su propiedad personal. Para robarse el marfil, el caucho, los diamantes y otras piedras preciosas del territorio asolado sometió a su población a la esclavitud. Cualquier desobediencia era castigada duramente y una de las sanciones habituales era la amputación de una mano.

Durante el régimen de Leopoldo –quien decía ser “un benefactor antiesclavista”- fue exterminada la mitad de la población congoleña, asesinada por los sádicos colonialistas o fallecida a causa del agotamiento por los trabajos forzados, el hambre y las enfermedades. Los historiadores estiman que fueron entre cinco y 15 millones los muertos en ese periodo. El Nobel de Literatura, filósofo y matemático británico Bertrand Russell calculó que esos fallecimientos al menos alcanzaron a más de ocho milllones.

Los crímenes y abusos fueron de tal magnitud que las denuncias y la presión internacional hicieron que en 1908 el monarca transfiriera el Estado del Congo a la administración del parlamento belga. Las cosas no mejoraron demasiado para los sufridos congoleños que recién alcanzaron la independecia de su país en 1960 con la elección de Patrice Lumumba como el primer jefe de gobierno de la República Democrática del Congo.

Lumumba intentó eliminar totalmente el poder colonialista europeo presente en África, desactivar las rencillas tribales alentadas por el imperio, erradicar el expolio padecido durante siglos e instalar un programa nacionalista y de izquierda. Pero las empresas del poder colonial residual lo impidieron. Mercenarios belgas asesinaron a Lumumba e hicieron desaparecer su cuerpo. Después, el Congo no pudo sacudirse la herencia colonial, se transformó en Zaire, gobernado durante décadas por el autoritario Mobutu Sese Seko, estalló la guerra civil, hubo intervención extranjera, y la emigración fue la única alternativa posible para las familias que querían hallar trabajo, paz, un futuro para los hijos.

Nabil Fekir, el delantero de la escuadra Blue triunfante en Rusia, nació en Lyon, Francia, aunque tiene ascendencia y nacionalidad argelina, al igual que su antecesor en el seleccionado y campeón en 1998 Zinèdine Zidane. Argelia fue colonia francesa entre 1830 y 1962. El Frente Nacional de Liberación de Argelia (FLN) luchó desde 1954 para lograr la independencia. La guerra fue cruenta y el ejército colonial hizo escuela. Algunos gobiernos dictatoriales latinoamericanos enviaron a sus oficiales para aprender las ingeniosas técnicas de tortura de los paracaidistas franceses.

Francia ha operado en muchos otros países del continente negro como, por ejemplo, en Camerun, que al final de la Primera Guerra mundial se lo dividió con Gran Bretaña. A partir de 1945 comenzaron a crecer los movimientos independentistas en la nación, especialmente de las etnias Bassa y Bamileke, duramente reprimidas por los colonialistas que, al mismo tiempo, aprovechaban las riquezas generadas por los cultivos de cacao, banana, aceite de palma, té, tabaco ó caucho.

Se desconoce el número de muertos por la sangrienta represión, pero se estima en unos 400 mil hasta el año 1961. En 1960 fueron ultimados 120.000 bamilekes en el departamento de Sanaga. Los crímenes nunca fueron reconocidos por las autoridades francesas hasta 2015, durante una vista del entonces presidente François Hollande a Yaundé, la capital de Camerun.

«Reconozco que ha habido episodios extremadamente traumáticos e incluso trágicos», para anular los movimientos de independencia en la década de 1950, dijo el mandatario francés. Durante su declaración en Yaundé, Hollande admitió que las fuerzas coloniales “aplastaron al pueblo Bamileke en Sanaga, en la provincia occidental del país».

En Yaundé nació el defensa del seleccionado galo Samuel Umtiti, aunque tiene nacionalidad francesa. Y el veloz Kylian Mbappé, quien nació en Bondy, Francia, es descendiente y tiene nacionalidad camerunesa.

Los hijos del saqueo de sus patrias y de la emigración inevitable han sido visibilizados en este Mundial 2018. Allí estuvieron, luciendo en el campo de juego las casaquillas de algunos países colonialistas.

Y, además, mostraron gestos de generosidad. Mbappé y Umtiti, por ejemplo, donaron todas sus regalías ganadas en Rusia, todo el dinero que les pagó la federación francesa por cada partido jugado, a la fundación benéfica Premiers de Cordée, que fomenta el deporte entre los niños hospitalizados. Esa organización francesa realiza campañas de sensibilización sobre discapacidad.

Sensibilidad deberían tener los gobiernos de Italia, Francia, Portugal, Bélgica, Holanda, Alemania, España o Gran Bretaña, que colonizaron y saquearon a los países africanos durante siglos y que al retirarse dejaron a muchas naciones sumidas en la pobreza y con graves problemas de integración, y que ahora rechazan a las víctimas de sus antiguas políticas de rapiña, a las que en verdad correspondería recibir y –si existiera justicia histórica- hasta deberían indemnizar.

 

Por William Puente
Periodista

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