España, habemus nuevo presidente, la tercera fue la vencida

En España, por fin, después de tres mociones de censura, este primero de junio, después de una primavera tormentosa, y tiempo inestable largo, frío y lluvioso, se ha conseguido desalojar del gobierno a la derecha.

Se preveía que la tercera moción de censura fuera la definitiva, a raíz de las sentencias judiciales que han condenado al partido gubernamental, por una trama de corrupción -y quedan todavía otras por pasar ante los tribunales-, conocida como Gürtel, por el apellido, Correa, de su cabecilla. Esta sentencia condenatoria y el encarcelamiento de algunos de sus principales dirigentes, ha servido para unir las fuerzas de centro izquierda, y otros partidos nacionalistas, para conseguir que la moción de censura al gobierno del Partido Popular (PP), interpuesta por el líder socialista Pedro Sánchez, saliera adelante con la mayoría de votos, 180 (PSOE, Podemos y otros nacionalistas) frente a 170, del PP, que sólo ha contado con el apoyo de los votos del partido emergente de derechas, Ciudadanos. Gracias a la unión de los partidos de centro-izquierda junto a partidos independentistas y algunos regionalistas, el PP ha dejado de gobernar España.

Un gobierno que desde las últimas elecciones pendía de un hilo, al no contar con mayoría absoluta, y ser muy débil su pacto con Ciudadanos, insuficiente en caso de que otras fuerzas políticas le hicieran frente, como acaba de suceder este fin de semana. Si se ha mantenido el gobierno del PP hasta ahora, ha sido gracias al apoyo de Ciudadanos, y los nacionalistas vascos (PNV), con los que contó para aprobar con retraso y a duras penas (la semana pasada cuando deberían haber estado en octubre), los presupuestos de esta legislatura.

Una semana después, agobiado por la corrupción, y las sentencias en las que además de enviar a la cárcel a algunos de sus dirigentes, han dictaminado la corrupción como sistema del partido en el gobierno para financiarse ilegalmente, los vascos se han desentendido de ese pacto de presupuestos y han apoyado la moción de censura en la que finalmente ha quedado desalojado de la Moncloa el presidente Rajoy.

Ciudadanos (C,s), un partido conservador, inventado en Cataluña que ha subido en cuanto a porcentaje de votos gracias a sus ideas contra el independentismo catalán, ha sido el único que a pesar de pregonar que su prioridad es la unidad de España y la lucha contra la corrupción, ha seguido apoyando al PP. En lugar de una moción, abogaba C,s por nuevas elecciones, pensando quizá que les serían beneficiosas. Los dos han fracasado y quizá esto les reste votos. Mientras uno, Rajoy, se retira, declarando orgulloso que deja “una España mejor que la encontró”, el sr. Rivera, líder de C,s, sigue augurando que el nuevo gobierno lo tendrá difícil por gobernar con tan pocos escaños, y menos todavía por esa alianza con el resto de partidos, que quieren (es textual), “liquidar España”, refiriéndose a que los independentistas, aliados ahora del PSOE y Podemos, han adquirido poder y harán lo posible por dividir el país. Deben tener mal perder los dos partidos, PP y C,s, porque el mensaje es parecido.

Este fin de semana el recién electo presidente del gobierno, Pedro Sánchez, presenta su relación de ministros al Rey. A partir del lunes 3 de junio, un nuevo gobierno regirá este país en situación todavía de crisis, no se sabe aún si únicamente conformado por miembros socialistas o si dará entrada a otros partidos.

Por su parte, Mariano Rajoy, presidente de una nación afectada por la crisis, que ha visto mermado su nivel de vida, desde 2011 a este 2018, ya ha desalojado el palacio de la Moncloa, sede oficial del gobierno de la nación, y se ha retirado a un dúplex en un pueblo próximo a la capital. Esta semana entrante reunirá a la cúpula de su partido para planificar su nueva andadura como principal partido de la oposición. Tampoco se sabe si seguirá ejerciendo la política y ostentando el cargo como presidente de un partido, el Partido Popular, declarado por los tribunales como una asociación corrupta cuyo sistema era financiarse ilegalmente. Ha sido el principal motivo por el que ha tenido que dejar la Moncloa, para pasar a la oposición.

La corrupción, aunque tarde, ha pasado factura a un partido que en otra democracia europea ya hubiera desaparecido hace tiempo, al estar bajo la sospecha, ya demostrada, de la corrupción sistémica. En este sentido van todos los titulares del fin de semana en los grandes diarios europeos: La corrupción ha pasado factura al gobierno español.

Por Ramón Hdez de Ávila
Crónica de nuestro corresponsal en España

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