EDITORIAL: El polvorín argentino
Desde el regreso de la democracia en la hermana Nación, el péndulo entre liberalismo y populismo no ha podido, hasta la fecha, reconstruir un Estado y una sociedad sobre bases tan sólidas como propias que dieran atisbos serios de un relanzamiento del país.
Y hacerlo no desde la especulación sino desde la producción con crecimiento sostenible desde plataformas redistributivas solidarias para con las decenas de millones hombres y mujeres aun en situación tan vulnerable como también carente de horizontes de esperanza personal y familiar.
Es de destacar, entre los factores que podrían haber propiciado la actual inestabilidad cambiaria e inflacionaria, las declaraciones del Jefe de Gabinete de Ministros, señor Marcos Peña, al anunciar metas en devaluación e inflación, en conferencia de prensa del día 28 de diciembre del 2017, en lo que fue relacionado por diversos analistas de la City porteña como divergencia política con el presidente del Banco Central de la Argentina.
Por cierto, que uno de los mayores detonantes de la actual situación fue la decisión de la Reserva Federal de los Estados Unidos en continuar con la suba de la tasa de referencia, de 0,75% a 1%, el 15 de marzo de 2017.
Naturalmente, tal vulnerabilidad vino dada por la decisión del poder ejecutivo del vecino país en cuanto a privilegiar lo financiero, y especulativo, por sobre lo productivo y lo social.
Convengamos que, en este polvorín, tanto la devaluación como la inflación funcionan como detonantes de factores tales como, por ejemplo:
– Crecimiento permanente y exponencial de su deuda externa (subió un 35% desde que asumiera el señor Mauricio Macri, según informara Federico Rivas Molina, el 01/01/2018, para el periódico La Nación);
– El elevadísimo costo del Estado;
– Ausencia de políticas claras, estratégicas y sostenidas en materia de producción nacional asociada al crecimiento del empleo;
– Una informalidad enorme y sin miras de bajar;
– Ausencia de políticas sociales, creíbles y sostenibles, de segunda y tercera generación con la baja progresiva y proporcional del asistencialismo que, hoy por hoy, según declara el senador Pichetto, atiende a 17 millones de hombres y mujeres argentinos;
– Crisis energética;
– Flagrante e inocultable desigualdad social;
– Fuga de divisas en su máximo histórico;
– Fortísimo déficit comercial: en 2017, según el analista Fernando Krakowiak, para el periódico Página 12, el Gobierno había estimado un déficit de US$ 1.866 millones y terminó siendo de US$ 8.471 millones. Para este año se prevé que trepe a los US$ 10.000 millones, siendo que ya el pasado mes de enero arrojó un rojo de US$ 986 millones.
En el plano geoeconómico internacional a nadie favorece, pero a la Argentina menos aun, que los EUA estén enfrascados en lograr que China reduzca el brutal déficit
comercial que los norteamericanos tienen con ellos y que se sitúa en el orden de los 200 mil millones de dólares.
En medio de esta precariedad es que llega el poder ejecutivo argentino al viernes 4 de mayo y sube los tipos al 40% al tiempo que anuncia una serie de ajustes para intentar frenar la devaluación.
La región y el mundo, por muy distintos motivos, están pendientes del desenlace de esta situación. Ni que hablar del sufriente pueblo argentino.
El conocido periodista Jorge Fontevecchia, para dos de sus últimos artículos en PERFIL.COM, se vale de singulares copetes (introducciones), a saber:
a) El problema del todo (28.04.2018):
“Macri ve los problemas como si fueran independientes. Tiene respuestas individuales para cada uno, como un gerente especializado o un militar eficiente, pero no mostró aun la visión del todo de un estadista.”
b) El problema del tiempo (05.05.2018):
“Cambiemos, la aprobación de Macri, el odio a Cristina, la cotización del dólar, la paciencia con la inflación, la esperanza por el futuro, el desagrado por el pasado, todo, tiene una duración.
Próximos a finalizar citaremos a tres diversos y respetables periodistas, a propósito de este delicado momento argentino:
1) “Todos los miedos han vuelto a la Argentina”
Jorge Tenembaum, El País, Madrid, 04.05.2018.
2) “¿Hora de salir de la Argentina?”
Kenneth Rapoza, Revista Forbes, www.forbesa.com, 03.05.2018
Consideramos que el tercero merece mención aparte. Fue redactado por un maestro del periodismo serio y digno, el profesor Tomás Eloy Martínez, publicado el día 2 de julio de 2009, por el periódico La Nación y se intitula “El cesarismo democrático en América Latina,
Y comienza así: “La última campaña electoral ha confirmado en la Argentina el papel inagotable del cesarismo en las naciones que aun tienen instituciones débiles en América Latina. Es decir, casi todas.” Y prosigue: “Si se toma la definición de Antonio Gramsci, “el cesarismo expresa siempre la solución arbitraria, confiada a una gran personalidad, de una situación histórico-política caracterizada por un equilibro de fuerzas de perspectivas catastróficas.”
Digamos simplemente que mantiene plena vigencia.
Por Héctor Valle
Investigador social y periodista
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