La gorra del Dr. Jeff Hall

Una breve reseña sobre los aportes de la mosca a la genética, una película ocultada por su productora y una acción subversiva durante las ceremonias del premio Nobel en Estocolmo.

Hace un par de meses la Academia sueca anunciaba que este año le otorgaba el premio Nobel de Medicina a tres científicos que estudiaron temas básicos de biología experimentando con la mosca del vinagre Drosophila melanogaster (1). No es la primera vez que un ”drosofilista” recibe el premio Nobel. Desde hace más de un siglo, muchos de los avances en la genética se han basado en ideas generadas por resultados de experimentos hechos con moscas. Por nombrar dos ejemplos, el primer gen fue identificado en Drosophila y la teoría de los cromosomas fue establecida gracias a experimentos hechos con Drosophila. Ya en 1910 le fue concedido el Nobel al Dr. Thomas Morgan por sus contribuciones a la genética moderna (1). Luego lo recibió el Dr. George Wells Beadle (1) y poco después el Dr. Hermann Muller (1), también por sus importantes aportes a la genética.

Muller, por ejemplo, descubrió que la irradiación con rayos X causa mutaciones, lo cual sentó la base científica para la reglamentación y medidas de seguridad en el uso de la radiación en los hospitales, la teoría científica sobre el riesgo de la energía nuclear y el movimiento político contra la bomba atómica, entre otras tonterías de esas que los científicos que se dedican al estudio de cosas cuya utilidad no es obvia para los politicos y sus votantes tienen la tendencia a regalarnos, sin habernos avisado de antemano que sus experimentos iban a generar justamente esos resultados inesperados. Más recientemente fueron premiados los Dres. Lewis, Wieschaus y Nüsslein-Volhard (1) por avances que revolucionaron nuestro modo de investigar y entender varios temas fundamentales en biología.

Este año el preciado Nobel le tocó a tres drosofilistas que nos han ayudado a comprender la biología y funcionamiento del reloj biológico (1), un conglomerado de neuronas en el cerebro de todos los animales que controlan los ritmos circadianos de temperatura, actividad, niveles hormonales, reproducción y un largo et cetera. Uno de estos “drosofilistas” se llama Jeff Hall y un amigo me avisó que nuestro colega había concedido una entrevista. Nos llamó la atención, porque Jeff Hall no es persona que conceda fácilmente una entrevista. No lo conozco personalmente, pero sabía que tiene un estilo muy informal, muy de «intelectual original» y que se había retirado prematuramente de la ciencia, enojado con los errores y vicios del sistema académico moderno, la injusta e irracional e ineficiente distribución de fondos y recursos basada muchas veces en malentendidos, errores y corrección política y más en general, con «el avance de la estupidez».

Para disfrutar a tope de esta pequeña historia sería recomendable hacer una pausa en la lectura y mirar el video de la entrevista aunque sea unos minutos o segundos cliqueando aquí:

 

Jeff Hall se ha retirado a un distrito rural relativamente aislado de Maine y el video lo muestra sentado en la veranda de su casa, con pelo y barba descuidados, una camiseta de Harley Davidson (todo un código de estilo en Estados Unidos), una gorra de «Branwdo-The thirst mutilator» y aunque la cámara no lo muestra, uno se imagina una lata de cerveza o una botella de bourbon al alcance de la mano. Es toda una puesta en escena diseñada probablemente con la intención de marcar una diferencia u originalidad; un modo, quizás, de conceder la entrevista pero ubicarse al márgen de lo convencional.

El Dr. Hall cubrió su cabeza con una gorra como esta durante su Conferencia Nobel en Estocolmo.

Hace unos días, durante la ceremonia en la sala más grande y fastuosa de Estocolmo, algunos periodistas comentaron con sorpresa que Jeff Hall había mantenido las manos en los bolsillos del pantalón mientras esperaba su turno para recibir el premio de manos del Rey. Para algunos ese modo de estar presente debe haber resultado peor que la ausencia de Bob Dylan el año pasado.

Ahora vuelve la gorra del título. Durante su visita a Esocolmo Jeff Hall fue invitado a dar una “Conferencia Nobel” en un anfiteatro repleto. Si tienen paciencia para cliquear en el próximo ”link” y mirar el video de esta conferencia, verán que Hall volvió a usar su gorra de Branwdo, transformándose así en el primer laureado Nobel que dio su conferencia de gorra. Claro que para esta noble ocasión sustituyó su camiseta de H&D por camisa, saco y corbata, pero no se quitó la gorra. Lo pueden ver cuando se acerca al podio en el minuto 08:30 de este video:

 

 

A esta altura el lector se estará preguntando

– ¿Qué es Brawndo?

Lo de «The Thirst Mutilator” (”El mutilador de la sed») sugería que se trataba de una cerveza o alguna otra bebida, suposición parcialmente confirmada por una consulta a Wikipedia, donde se dice que Branwdo es una de las muchas marcas de bebidas inexistentes, provenientes de la ficción. Pertenece a Idiocracy, una película «cult» sobre la cual despierta el interés y curiosidad el resúmen aportado por la generosa Wikipedia (2).

Se trata de una película de ciencia ficción dirigida por Mike Judge y estrenada en 2006. Es una sátira sobre la estupidez de la sociedad moderna, el progreso del consumismo, la degradación de los servicios públicos y del lenguaje. Tiene una visión pesimista sobre nuestro futuro. Usa como argumento un experimento de “hibernación”, no con moscas sino con humanos, pero su objetivo es criticar la estupidez del capitalismo, la crisis del sistema educativo, la tendencia a abandonar la lectura y el orgullo por la ignorancia. Unos científicos que hoy no podrían obtener el premio Nobel, pero que se dedican a la ciencia políticamente correcta – aquella que se justifica a partir de un objetivo potencialmente productivo, con una simple promesa o declaración de interés público, económico o militar y parece diseñada para resolver un problema concreto – pretenden poner a punto un método para poner soldados a “hibernar” en tiempos de paz. Eligen a un hombre y una mujer y los colocan en cámaras de crioconservación en un laboratorio militar secreto. Luego el responsable del proyecto es acusado de complicidad con una red de prostitución, el proyecto es cesado, las cámaras de hibernación olvidadas, el centro de investigación desalojado, derribado, sustituído por un basural. Los dos hibernantes despiertan 500 años más tarde y encuentran una sociedad idiotizada, en la cual personas que no leen y son muy estúpidas cometen estupideces aún más estrafalarias de las que vemos ahora en nuestra sociedad.

Por ejemplo, no riegan sus cultivos agrícolas con agua, que es bueno, apropiado, conveniente e inteligente, sino con una bebida energizante llamada Brawndo (en inglés, “brawn” es lo opuesto a inteligente).​

Se dice que la empresa productora de la película (FOX) en algun momento durante el proceso de producción decidió ningunear su propio producto y por eso Idiocracy fue estrenada sin bombos y platillos y en muy pocas salas de cine. Once años después de ese estreno casi clandestino, Idiocracy hoy podría ser interpretada como un comentario crítico a un presidente que reivindica la ignorancia y a una FOX que lo defiende.​ Corresponde a Hall el mérito de haberse puesto los pantalones (o mejor dicho: la gorra) para hacerle frente a FOX y a la promoción de la estupidez, recomendando, subrepticiamente, mirar esta película.

Una vez más, Jeff Hall comete un acto subversivo digno de admiración.

 

Por Rafael Cantera

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Notas

(1) Lista de premios Nobel en Medicina y Fisiología celebrando descubrimientos fundamentales para la genética, a partir de investigación básica con moscas.

-Thomas Morgan, 1910, por su descubrimiento del papel que juegan los cromosomas en la herencia.
-Hermann Muller, 1946, por descubrir que la irradiación con rayos X causa mutaciones en el material genético.
-George Wells Beadle, 1958, por el descubrimiento de que los genes regulan eventos bioquímicos.
-Lewis, Nüsslein-Volhard y Wieschaus, 1995, por su descrubrimiento de que los genes controlan el desarrollo temprano del embrión.
Hall, Rosbash y Young, 2017, por sus descubrimientos sobre el mecanismo molecular que controla los ritmos circadianos.

(2) en.wikipedia.org/wiki/Idiocracy

 

  

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