Las dos acepciones del vocablo “recrear”, crear y divertirse, conjugan en el deporte. El ocio creciente en una sociedad contemporánea donde el trabajo humano pasa cada vez más a las máquinas cibernéticas, tiene allí un buen destino.
Los espacios de la práctica se convierten en receptáculos de grupos de afinidad que superan el apego a las reglas de juego, observando normas de conducta acordes a la comunidad que allí se congrega. Y como amateurs, el apego voluntario a las reglas deportivas, saca lo mejor de nosotros para una forma de relación humana con motivaciones no mercantilistas.
Un espacio singular en medio de la ciudad
Hay un lugar en el Parque Rodó denominado Centro Nacional de Tenis, en cuya génesis participé hace ya 20 años. Conformamos una comisión para la gestión de la Plaza dedicada al aprendizaje y práctica del tenis. Rehicimos las canchas de polvo de ladrillo, las de cemento y el frontón existente. Repusimos la iluminación de todas ellas. Actualizamos vestuarios, duchas y baños. Contratamos administrativo, canchero y profesores. Registramos a todos en el BPS. La Comisión obtuvo Personería jurídica para tener capacidad de actuar deslindando las responsabilidades patrimoniales de sus miembros honorarios. La dirección y política de la Plaza es del Ministerio de Deportes pero es justo decir que la promoción y actividades conectadas con el tenis se han creado y trabajado desde la Comisión.
Actividades que se destacan
Cuatro campeonatos anuales de singles y dobles, algunos mixtos. La creación y mantenimiento de un Ranking de competidores sostenido por la tarea personal del escribano Juan Mujica. Y las clases a principiantes y avanzados de todas las edades comenzadas por el profesor Pelayo y continuadas por otros allegados al Centro. Las actividades colectivas hacia el exterior incluyeron excursiones sociales de juego a otras instituciones incluso fuera del departamento como el Club de Tenis de Atlántida.
Cómo funciona
La convivencia diaria en el recinto desde las ocho de la mañana a las diez de la noche merece una mirada profunda. Alternan hombres y mujeres, adultos, jóvenes y niños con el entorno natural del parque y el tejido perimetral hecho a nuevo por la Comisión. No hay portero, ni vigilante y un único funcionario controla la identidad y adjudica canchas a los usuarios en base a un Reglamento interno, también de la Comisión. El ambiente es sano y seguro; gratificante. Saludos cordiales al llegar y salir. No se escucha un improperio, un insulto. Predominan las risas y bromas. Hace años que no hay un incidente ni noticias de drogas o alcohol.
Cómo es esto posible?
a) Con el control social entre todos, que conocen y señalan las normas de relación.
b) Con el ejemplo de jugadores, que asimilan el fair-play como esencia de este deporte, enseñando a todos de qué se trata.
c) Con el ejercicio del derecho a participar sin importar condición social, edad, sexo o antigüedad.
Así se preservan y trasmiten los valores en ese espacio de afinidad. Y se llevan seguramente al hogar, al colegio y el trabajo, aportando a la construcción de una sociedad mejor.
Por el Arq. Luis Fabre
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