El mes de marzo ha comenzado en la Argentina con una virulencia inusitada en lo político y social. Varios factores, algunos conectados, dibujan un perfil nacional convulsionado, irritante, y por que no peligroso para el Gobierno, y que està deteriorando las bases electorales que lo llevaron a triunfar en la elección nacional del 2015.
Marzo se presenta con una agobiante y reiterada pulseada con los numerosos gremios docentes que llevaron a que las clases que debían iniciarse el lunes 6 de marzo no pudieran hacerlo, merced a una huelga salvaje que tuvo un fuerte nivel de acatamiento, cercano al 80%.
Consecuencia de estas acciones, las clases en las escuelas comenzaron según su programación normal, solamente en 2 de los 24 distritos del país.
En medio del fuerte paro docente en todo el país y una multitudinaria marcha por mejoras en los salarios de los maestros, el gobierno de la provincia de Buenos Aires dobló la apuesta e inició los trámites administrativos para aplicar multas millonarias a los gremios e incluso quitar la personería jurídica a los sindicatos que propiciaron la medida de fuerza en el inicio del ciclo lectivo.
Por su parte la Confederaciòn General del trabajo (CGT) se movilizó con una muy fuerte marcha con consignas en algunos casos panfletarias. En efecto, su lema “Contra los despidos y la apertura indiscriminada de las importaciones” carece de un mayor correlato con la realidad. Ni existen grandes oleadas de despidos, ni hay una gran apertura de las importaciones que difieran de lo ocurrido durante el gobierno K, a excepción del rubro de informática que otrora, debido a los exagerados recargos aduaneros llevaban a los argentinos a comprar sus equipos en Chile o Paraguay.
A su vez, el porcentaje de importaciones generales de los últimos meses es menor al de los similares del año anterior, aun cuando la CGT ha hecho una bandera de la supuesta apertura, contando a su vez con el hecho que cualquier amenaza en tal sentido provoca la reacción inmediata de ciertos sectores empresarios.
Estos movimientos de fuerza, unidos al recrudecimiento de cortes de calles, puentes y accesos por parte de las organizaciones que agrupan a los movimientos piqueteros han generado, junto con un clima tórrido durante el mes de febrero, al par de hacer estallar la generación de energía por el uso al máximo de los acondicionadores de aire, una sensación de irritabilidad, agobio, indignación por parte de la masa de ciudadanos de a pie, que justamente habían constituído la base electoral sobre la cual se cimentò el triunfo de Mauricio Macri en el año 2015.
El consuelo que puede tener el Gobierno en este sentido es que el peronismo no ha terminado de reorganizarse, y el kirchnerismo muestra un casi cotidiano desfile por los estrados judiciales que están tramitando los numerosos casos de corrupción en los que se ven envueltos los K, desde la misma expresidente hasta sus màs encumbrados funcionarios.
Como respuesta a esta agresividad sindical con raíz absolutamente política, el Gobierno ha subido su apuesta, y ante el beneplácito de buena parte de la población (harta de la prepotencia sindical) aparenta haberse endurecido ante el desafío gremial.
«¡Vamos a dar la batalla!» La advertencia, que pertenece a uno de los hombres más cercanos al Presidente, expone el grado de compromiso que asumió el Gobierno para enfrentar la situación. (1)
Por su parte, resulta llamativo el doble discurso de los mismos dirigentes que en la actualidad organizan las movilizaciones y que hasta hace muy poco participaron de la mesa de diálogo con funcionarios y hombres de negocios, y que desplieguen las hostilidades justamente cuando las variables de inversión pública y privada, exportaciones y consumo estén mejorando – aun cuando en forma muy moderada-, por la baja de la inflación, la reactivación de Brasil, el impulso de la construcción y el empuje de la agroindustria.
El hecho es que según señalan en privado sería una acción para contentar a las bases, curarse contra la presión de los clasistas, contener a las organizaciones sociales y ordenar al peronismo, no obstante lo cual este enérgico despliegue sindical puede no ocultar un cierto tufillo desestabilizador.
Vale recordar la diferente óptica que la dirigencia sindical aplicó según el color político del Gobierno en cada caso. En efecto, mientras que en 24 años de gobiernos peronistas, la CGT hizo 12 paros nacionales, en sólo ocho años de administraciones radicales, lanzó 22. Al presidente radical Raúl Alfonsín tardaron nueve meses en oponerle una huelga general; a su correligionario Fernando De la Rúa le dieron sólo sesenta días de tregua, y en cambio al peronista Carlos Menem le armaron una protesta recién a los 40 meses de gestión. A Néstor Kirchner no le hicieron un solo paro, y a Cristina Kirchner, la primera medida de fuerza la golpeó recién en 2012, pese al desbarajuste económico que se avecinaba.
Las trabas de la procuración
En otra muestra de intencionalidad perturbadora, la procuradora general jefa de todos los fiscales, inamovible por ley y ferviente seguidora de los Kirchner, intentó bloquear una decisión del Ejecutivo en el sentido de expulsar del país a los delincuentes extranjeros que hayan ingresado al mismo.
La funcionaria calificó duramente al DNU que modificó las condiciones para la expulsión de extranjeros con causas penales como inconstitucional y envió a las fiscalías de todo el país un instructivo con argumentos para oponerse a su aplicación, dictamen que recibió el rechazo del Poder Ejecutivo y que terminará dirimiéndose en la Justicia. (1)
Una buena!
Mientras tanto, entre tantas dificultades para el elenco gobernante, se produjo una buena noticia! La UIF ( Unidad de información financiera) desligó al presidente Macri de las denuncias de los llamados PANAMA PAPERS, utilizados profusamente por la oposición, e informó a la Justicia que no encontró evidencia del delito de lavado de activos en las participaciones accionarias de las empresas ligadas al presidente .(2)
Y LA ECONOMÌA…?
La economía argentina terminó el año 2016 en recesión con una caída estimada de 2,3%, y con una inflación entre el 35 y el 40%.. Sin embargo, esos mismos números también muestran una incipiente recuperación de la actividad en el último trimestre de dicho año y en el arranque de 2017.
El consumo marca una baja de entre 4% y 4,7%,
En cuanto a ocupación, el sector privado registrado perdió 43.609 trabajadores en 2016, lo que significó una caída de 0,7 por ciento liderada por los sectores de la industria y la construcción que registraron las mayores bajas . (3)
Los datos más inoportunos
Las medidas impulsadas por el Gobierno para normalizar la economía y el ajuste consiguiente para sobrellevar la herencia recibida del kirchnerismo tuvieron un fuerte impacto social: en nueve meses de gestión 1,5 millones de personas cayeron en la pobreza y 600.000, en la indigencia.
El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) informó que la pobreza pasó de 29% a fines de 2015 a 32,9% en el tercer trimestre de 2016. Existen en el país, según el estudio, 13 millones de personas bajo la línea de pobreza.
En el mismo período, la indigencia pasó de 5,4 a 6,9%. Este último es el peor dato desde 2010, cuando la UCA comenzó su medición. En la actualidad 2,7 millones de personas sobreviven por debajo de la línea de indigencia.
Sin embargo, el dato más preocupante involucra al futuro del país: cerca de 580.000 niños de hasta 14 años se sumaron a la pobreza, en los primeros nueve meses de la gestión de Cambiemos. Ese índice subió en ese período de 43,5 a 48,8%. En consecuencia, casi la mitad de los niños en la Argentina son pobres.
Esta información que se conoció en un contexto de elevada conflictividad social, tal como se comentó en párrafos anteriores, generó el despertar de suspicacias por la elección de la oportunidad para la publicación de estos datos. Resulta ser la primera vez que la UCA, -en la que el papa Francisco es sabido que tiene una significativa ascendencia – , difunde un dato del tercer trimestre, ya que desde que realiza su medición, había optado por publicar el consolidado anual seis meses después de concluido el período relevado. (4)
La inflación!. Siempre la inflación!
A pesar del esperanzador índice de 1,3% del mes de enero de 2017, la inflación de febrero experimentó una fuerte alza: 2,5 por ciento, acumulando en el primer bimestre de 2017 una suba del 3,85%, que anualizada arroja un 25,4%.
Estos resultados confirman a los analistas que será difícil que el Banco Central (BCRA) cumpla con su meta oficial anunciada de inflación de 17% para 2017. (4)
LOS PRONOSTICOS
A pesar de una situación preñada de dificultades, se están produciendo sugestivos pronósticos desde distintos sectores, que ostentan un mayor grado de optimismo.
Moody´s
La calificadora de riesgo Moody’s informó que cambió la calificación de la Argentina desde «estable» a «positiva», mejorando levemente su visión sobre el país, aunque todavía no tomó la decisión más importante, al menos en términos de impacto para el mercado de bonos, que sería elevar definitivamente la nota. (2)
La opinión de un experto
Mario Blejer por su parte, un muy prestigioso economista argentino con fuerte presencia internacional, ex presidente del Banco Central y supuestamente asesor de Daniel Scioli, ha proclamado su visión optimista al remarcar que en el largo plazo, la Argentina va a estar en condiciones extremadamente favorables, estimando que en el año 2017 la economía crecerá, ubicándose en el nivel más alto de las proyecciones de los analistas, en alrededor del 4%. (5)
Seminario de THE ECONOMIST
En el seminario de la prestigiosa revista británica The Economist, llevado a cabo en Buenos Aires, se recalcaba que los inversores en general privilegiarán las reformas estructurales en marcha y las expectativas positivas, por sobre el clima de agitación en el presente año electoral. Para la revista, el país «resurge en la escena global» Los empresarios ratificaron que, más que la coyuntura, la clave son los cambios estructurales encarados en los últimos meses. (7)
Menos optimismo oficial
En contraposición, y modificando su tono otrora màs esperanzador, el presidente Macri en su discurso de apertura de las sesiones del parlamento señaló que muchos de los cambios que promueve el gobierno demandarán tiempo , esfuerzo y también acuerdos políticos, principalmente para neutralizar el despilfarro de recursos de los últimos años. (1)
LO GLOBAL
La desigualdad y los populismos.
Son muchas las manifestaciones de desigualdades económicas que existen a nivel global. Pero no hay duda de que dos de las principales son la concentración del producto bruto mundial en pocos países y los altos niveles de pobreza e indigencia. Respecto del primer punto -y tomando como fuente los registros correspondientes a 195 países del Banco Mundial, el FMI y la revista The Economist- se puede observar:
– Cinco países medidos por el tamaño de sus economías -Estados Unidos, China, Japón, Alemania y Reino Unido- generan el 55% del total del producto.
– Si se amplía el rango a los primeros 10 países, el porcentaje de concentración sube al 67%, mientras que si se consideran los primeros 20 países, asciende al 80%, y si se lleva el intervalo a los primeros 40 países, se cubre el 90% del producto total.
– El resto de los 155 países sólo participan del 10% del total mundial.
Esta increíble concentración de la generación de riqueza tiene su correlato en los niveles de pobreza. En efecto el Banco Mundial considera pobre al segmento de la población mundial que vive con menos de 4 dólares por día, e indigente aquel que subsiste con un máximo de 1,90 dólares.
De un total de 7500 millones de habitantes, 2000 millones (26,7%) están en niveles de pobreza y, entre ellos 770 millones (10,3%) están sumergidos en la indigencia. (1)
Este cuadro ha merecido innumerables diagnósticos y opiniones. En tal sentido, uno de los debates màs actuales se refiere al rol que le cabe a los populismos para perpetuar tal situación, donde bajo la fachada de un discurso progresista y de ayuda a los màs necesitados, mantienen sin resolver la problemática de la desigualdad.
Al respecto el premio Nobel Mario Vargas Llosa señalaba:
“A diferencia de lo que muchos creíamos, que la desaparición del comunismo reforzaría la democracia liberal y la extendería por el mundo, ha surgido la amenaza populista. No se trata de una ideología, sino de una epidemia viral -en el sentido más tóxico de la palabra- que ataca por igual a países desarrollados y atrasados, adoptando para cada caso máscaras diversas, de izquierdismo en el Tercer Mundo y de derechismo en el Primero. Ni siquiera los países de más arraigadas tradiciones democráticas, como Gran Bretaña, Francia, Holanda y Estados Unidos, están vacunados contra esta enfermedad: lo prueban el triunfo del Brexit, la presidencia de Donald Trump, el avance de Geert Wilders en Holanda o el Front National de Marine Le Pen, en Francia….¿Qué es el populismo? Ante todo, la política irresponsable y demagógica de unos gobernantes que no vacilan en sacrificar el futuro de una sociedad por un presente efímero. Por ejemplo,… distorsionando las variables económicas, promoviendo un festival interminable de subsidios con su correlato inevitable e inmediato de déficil fiscal, luego transformado en inflación incontenible.” (6)
¿Habrá salida?
El panorama descripto, tanto domèstico como lo que ocurre en otros horizontes, muestra que en economía no existen soluciones milagrosas o en base a relatos o buenas intenciones. Asi como en un hogar, para subvenir las necesidades familiares y crecer, es necesario trabajar y producir, en un país ocurre algo similar.
Y es un determinante fundamental el rol que la inversión asume en el potencial proceso productivo. De nada vale intentar producir si antes no se siembra el campo, no se abre un negocio o no se erige una fàbrica.
Son condiciones previas para poder aumentar las posteriores masas de bienes que permitirán mejorar el nivel de vida del conjunto social. Y en este menester es fundamental recordar la triple regla de oro que en todo lugar, en cualquier confín del mundo, plantean como requerimientos quienes están dispuestos a invertir.
– En primer lugar, seguridad jurídica, que permita a quienes invierten tener la convicción que podrán en todo tiempo operar en un ámbito donde impere el estado de derecho, y donde puedan oportunamente recoger libremente los frutos, las ganancias de su inversión.
– que exista estabilidad en los parámetros económicos y sociales que configuran el marco de la actividad productiva, esto es que las políticas fiscales, tributarias, sociales, previsionales del país, vigentes al inicio del proceso inversor, se mantendrán – con la lógica aceptación de las modificaciones que el tiempo impone- cuando llegue el momento de retirar las utilidades.
– que en el país en cuestión existan perspectivas de rentabilidad. Que están dadas por la posibilidad de un mercado interno y externo en crecimiento, y que la palabra ganancia empresaria no constituya un estigma culposo. Antes bien, la condición necesaria para que una inversión se factibilice.
Asi será posible intentar desterrar o al menor morigerar la desigualdad.
* Los Idus de Marzo es una novela de género histórico escrita por Thornton Wilder y publicada en 1948, que se enfoca en los meses previos al asesinato de Julio Cesar en la antigua Roma. La novela recrea el contexto histórico de los últimos estertores del período conocido como República Romana, asì como los hechos que preceden y desencadenan el magnicidio de dictador romano.
Por Pablo Broder
**Economista argentino
***Referencias del diario LA NACION de Buenos Aires: (1) 5-3; (2) 7-3; (3) 25-2; (4) 10-3; (7) 9-3.(5) 26-2; (6) 6-3.
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