Existe una resaca del impeachment. Es verdad que las manifestaciones contra la Presidente Dilma Roussef eran generalmente mayores que las actuales manifestaciones contra el Gobierno de Michel Temer, pero continúan y, lo más importante, no hay manifestaciones a favor del actual Gobierno. Es posible que esas demostraciones de insatisfacción política continúen y que el nuevo Presidente tenga dificultades prolongadas en sus eventuales apariciones públicas.
Por otro lado, las complicaciones generadas por el fraccionamiento de la sentencia del impeachment pusieron al desnudo la división interna del PMDB y la fragilidad de su alianza con el PSDB. Eso acentúa el desánimo del Gobierno, ya evidente como consecuencia de los errores cometidos con la formación del Ministerio y con diversas declaraciones infelices. Este escenario se desenvolverá tanto en la lucha político partidaria como en la relación del Gobierno con las calles. No está clara la estrategia que el Planalto adoptará.
Brasil: Estratégia
Existe uma ressaca do impeachment. É verdade que as manifestações contra a Presidente Dilma Roussef eram geralmente maiores do que as atuais manifestações contra o Governo de Michel Temer, mas elas continuam e, mais importante, não há manifestações a favor do atual Governo.
É possível que essas demonstrações de insatisfação política continuem e que o novo Presidente tenha dificuldades prolongadas em suas eventuais aparições públicas. leia mais.
La relación con el Congreso será puesta a prueba próximamente en votaciones importantes, como las relativas al control del gasto público y la reforma de la previsión social. Con el PSDB reticente y con el centro aparentemente desarticulado, pero siempre en busca de una chance para exhibir su oportunismo, nada puede darse por sentado.
Al construir su línea de acción, el Gobierno deberá prestar atención a la repercusión de sus iniciativas junto a la sociedad civil. Pienso que la propuesta de medidas que pasen a la clase trabajadora y a la clase media la sensación de que ellas sufrirán las principales consecuencias de los ajustes económicos regresivos no ayudará a la paz social y a la cohesión necesaria para la tranquilidad de la nación.
La imposición de una tercerización “amplia, general e irrestricta” será vista como un ataque a los intereses de los trabajadores y a la legislación laboral que ha regido la relación entre el capital y el trabajo, en los últimos ochenta años. Esta puede estar desactualizada en algunos puntos, pero tiene un Norte que es la protección de los derechos de los trabajadores. La concomitancia de dicha iniciativa con el famoso ajuste fiscal y con la reforma de la previsión social llevará al pueblo a las calles con mayor fuerza. Esto, a su vez, provocará nuevos y agudos problemas en la relación con el Congreso.
De regreso al primer párrafo: la actitud de la franja sustantiva de la sociedad civil que apoyó la salida de Dilma se transforma a ojos vista en el apoyo a la prosecución del cambio. La sociedad no tiene un sentimiento de lealtad para con el PMDB, o para con cualquier partido en particular. Desde el punto de vista político, lo que la misma desea hoy es la renovación radical de la clase política y el combate duro y real contra la corrupción. Y desde el punto de vista económico, su mayor anhelo es la recuperación de los puestos de trabajo, lo que requiere una política hábil de fomento a la inversión industrial.
Por último, lo que la sociedad quiere es dejar en claro que los trabajadores no son responsables por el deterioro de la situación política y tampoco tienen cómo pagar por los ajustes fiscales y económicos, pues eso compete sobre todo, de hecho y de derecho, al capital financiero, el único beneficiario de la crisis que asoló y continuará asolando al país.
Por José Viegas Filho
Embajador jubilado, fue Ministro de Defensa del Brasil.
Traductor: Héctor Valle
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