75 años de El Ciudadano Kane

El Ciudadano Kane es de esas obras a las que hay que acercarse con cuidado, y que pide la atención e involucramiento constante del espectador.

Partamos con lo siguiente: la 5ta Sinfonía de Beethoven es hermosa, sublime, pero no es fácil. El Quijote es una novela extraordinaria, entretenida y muy bien hecha, pero no es fácil, y lo mismo puede decirse de la Teoría de La Relatividad, que es admirable, pero difícil. Tomo estas ideas de Pablo Huneeus y su libro “La Cultura Huachaca”, para hacer notar la similitud con la película que hoy 1° de Mayo cumple 75 años desde su estreno en Nueva York. El Ciudadano Kane es de esas obras a las que hay que acercarse con cuidado y que, como las novelas y teorías a las que hago referencia, pide la atención e involucramiento constante del espectador.

ciudadanoMás allá de la eterna y bastante inútil discusión sobre si es o no la mejor película de la historia, esta película marca un punto de inflexión en el cine moderno tanto por su compleja estructura y cinematografía como por su tema, una crítica directa al poder, representada en el auge y caída del magnate periodístico Charles Foster Kane, constructor de un imperio logrado por medio de la corrupción, oscuras relaciones con el poder político, y manipulación de diversos personajes que contribuyen, aún a pesar suyo, al ascenso del protagonista.

La controversia que hasta hoy provoca El Ciudadano Kane comenzó incluso antes de su estreno, con intentos de intimidación, chantaje, calumnias periodísticas, y hasta una investigación del FBI. Todo porque supuestamente la película caricaturizaba o tenía la intención de ironizar sobre la vida del poderoso magnate periodístico William Randolph Hearst, el equivalente gringo de Agustín Edwards, y como él acostumbrado a usar sus periódicos no sólo para informar, sino también para destinarlos a propósitos políticos y comerciales, entre otros, fomentar su propia carrera política. El señor Hearst, hombre práctico, dio la orden de ignorar y ningunear la película en todos sus diarios, aunque -como suele ocurrir- lo único que consiguió fue hacerle propaganda gratis, y eso que el personaje principal está en realidad basado en varios otros poderosos de la época.

Pero ya sabemos cómo se ponen los dueños del poder cuando creen que los están atacando.

Más allá de estas anécdotas, El Ciudadano Kane tiene varias otras cosas que la hacen una de las películas más innovadoras del cine moderno, y cuyos logros han sido replicados por una multitud de cineastas, además de convertirse en tema de estudio obligado para críticos profesionales y aficionados, estudiosos de estética, y cinéfilos en general. Entre otras gracias, podemos destacar las siguientes, aclarando que algunas ya habían sido usadas por otros realizadores, pero no integradas de la manera en que lo hizo Welles:

  • narración fragmentada, no lineal, con uso intensivo de flashbacks, flash forwards, y diferentes puntos de vista para narrar la historia,
  • uso de cámara subjetiva,
  • tomas en contrapicado que incluyen el cielo raso, standard que transmite sensación de grandeza y poder y pone al espectador en posición de inferioridad,
  • uso de ángulos de visión inusuales, en la tradición del Expresionismo alemán,
  • tomas largas e ininterrumpidas de secuencias,
  • uso de close-ups extremos que revelan expresiones y emociones,
  • personajes que envejecen en el transcurso de la narración,
  • iluminación no convencional, incluyendo claroscuros, contraluces y alto contraste.

A todo lo anterior, sumemos que la película fue la ópera prima de Orson Welles, realizada cuando tenía apenas 25 años. No cualquiera, ¿eh?

En cuanto al tema, El Ciudadano Kane es la narración del ascenso al poder y de cómo la búsqueda implacable del éxito termina por arruinar moral y socialmente al protagonista, muy en línea con los personajes shakesperianos que Welles admiraba y de los cuales hizo varias obras posteriores con él de protagonista. Como ocurre habitualmente con obras que marcan hitos en la historia del arte, la película fue nominada a 9 Óscar y logró sólo uno: mejor guión original, pero a estas alturas eso ya es una anécdota sin mayor importancia. A 74 años de su estreno, El Ciudadano Kane sigue siendo una de las obras cinematográficas más innovadoras e influyentes que se hayan hecho nunca, y su compleja trama, su críptica historia y sus logros técnicos, todos al servicio de la narración, le aseguran un lugar de privilegio no sólo en el cine, sino en la historia del arte universal.

Título original: Citizen Kane. Dirección: Orson Welles. Guión: Herman J. Mankiewicz,Orson Welles. Con: Orson Welles, Joseph Cotten, Dorothy Comingore. País. E.E.U.U. Duración: 119 minutos. Color: blanco y negro.

 

Por Fidel Saavedra Bravo
@fidelsaavedrab

Fuente:  El Pilín de Chile

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