Murió el escritor Enrique Estrázulas

Murió Enrique Estrázulas escritor, periodista, diplomático, destacada personalidad de nuestra cultura. Amigo de Alfredo Zitarrosa quien cantó alguno de sus poemas. Estrázulas que al fallecer tenía 74 años, desarrolló fuertes vínculos con diversos artistas del canto y el teatro. En octubre de 2014 La ONDA digital recogió la intervención del autor de «Pepe Corvina», en la presentación del libro sobre las vivencias del cantautor uruguayo Héctor Numa Moraes.

Tramos fundamentales de aquella intervención:

enrique 3Enrique Estrázulas inicio su intervención diciendo que, “evidentemente hacer un comentario sobre este libro que recién apareció en el mercado, es difícil. No es difícil por las cuatrocientas y pico de páginas que tiene, sino que es difícil pensarlo, dado que no es una biografía, no es una autobiografía y sí es un libro de anécdotas. Es un largo y gran anecdotario.

Yo sé cómo se escribió, porque me lo contó Numa por teléfono y me lo acaba de contar, también, el amigo Escande. Yo creo que el Sur nunca había conocido un prodigioso trovador que componiendo y cantando, trajera las melodías y las vibraciones del Norte, con el talento impensado de Héctor Numa Moraes. Creo que fue el primer trovador norteño que nos hizo vibrar… Y creo que esta opinión la comparte, también, mi amigo, Washington Benavídez que – según el prólogo de Mattos – también lo considera el número uno. Pero, más allá de esto, junto a estos dones Numa trajo también la sencillez, la humildad, el compromiso y la rara condición (no sé si tan rara, pero a veces, nos parece muy rara) de ser un gran ser humano. Sabemos que sus amistades varían, no son las elegidas por posiciones políticas (aunque sí, en su vida comprometida con la izquierda, sin duda alguna). Pero nunca, absolutamente nunca, tuvo nada de sectario. Eso de ser un gran ser humano es, verdaderamente, muy difícil. Numa lo es… También (piensan esto) los cantores que conocen a Numa Moraes. Los artistas, muchos artistas, que pertenecen a lo que quiere Tomás de Mattos que se llame el “Círculo de la Vida”. No quiere que se llame el “Grupo de Tacuarembó”. Vamos a ver en qué queda eso, porque me parece que puede ser una polémica interminable, ¿no? (risas). (…)

Al ser un libro anecdótico – no una biografía, no una autobiografía… Siempre las autobiografías suelen ser tan aburridas, a veces interminables y con un prólogo, encima, más largo que la autobiografía (risas). Yo recuerdo, con relación a las grandes autobiografías, la de Neruda “Confieso que he vivido” que, verdaderamente, era excepcional. También la de Rubén Darío, a pesar de que estaba ya en el límite de su vida y bastante desmemoriado- entre esas autobiografías – hay una biografía también extraordinaria, para mí, que es la biografía sobre Víctor Hugo que hizo el escritor peruano Mario Vargas Llosa”.

Estrázulas subrayó que para la concreción del libro de Numa, hubo “una colaboración dignísima del pedagogo y guitarrista, Alfredo Escande. Pero también estoy seguro de que Numa, como en todas las cosas de esta vida o de la vida de Numa, levantó el nivel enormemente. Es decir, es un hombre que (entre otras actividades) tiene un programa de radio, que lo maneja estupendamente bien (yo he estado en el programa de radio tres o cuatro veces)”.

Mas adelante en su intervención el autor «Soledades pobladas de mujeres») indico que el; “colaboró con una anécdota -escribí unas líneas para este libro – porque así empezó una novela exitosa. Yo escribí muchas, malas y buenas, pero la de mayor éxito fue la que empezó de esta manera, así como se las voy a leer: “Cómo nació Pepe Corvina en un libro”.

“La canción fue anterior a la novela. Esta historia comenzó una noche de 1971, durante una visita a la casa del trovador de Curtina, quien – todavía – no había cumplido 21 años. Yo había llevado unas cuartetas en el bolsillo, que me inspiró un pescador de la Punta Brava, a quien sólo conocí por mentas y ciertas anécdotas oídas en el “Bar Tabaré”, boliche con almacén donde más de una vez – a principios del siglo pasado – había templado sus guitarras el dúo Gardel – Razzano (Gardel es otro de los personajes que viene de Tacuarembó) (risas). Con Numa ya éramos amigos recientes, nos presentó Alfredo Zitarrosa – nada menos que Alfredo Zitarrosa – en Paysandú y los encuentros siguieron en Montevideo. Aquella noche se me ocurrió revisar la letra sin que me vieran, pero Numa capturó mi lectura arrinconada y me preguntó qué estaba leyendo a escondidas. Le dije la verdad. Había llevado ese texto para él, para el compositor, para ver qué le parecía. Mientras los invitados conversaban Numa leía y, misteriosamente, musicalizaba. Creo que no pasaron tres o cuatro minutos, cuando cantó, por primera vez, “Pepe Corvina”, ante mi asombro y el asombro de todos. ¡El milagro se había instalado en la realidad!

Al tiempo, conversé con Alfredo Ariosti, encargado de seleccionar artistas y temas para el sello “Orfeo” del Palacio de la Música. Apenas le mencioné el nombre de la canción, me dijo que quería grabarla. Entonces le presenté a Numa, quien le llevó dos temas: “Pepe Corvina” y “Cielito del 26”, de Mario Benedetti. El disco simple de dos caras tuvo un éxito considerable. Así empezó mi breve representación del juglar, que en poco tiempo debió abandonar el país por varios años. Anterior a esa angustia, sucedió algo desopilante y cómico: Numa me pidió que le consiguiera, a través del Palacio, un humilde diapasón.

Al llegar a la esquina de 18 de Julio y Paraguay, se me había borrado el nombre del instrumento y pedí, con urgencia, un “clavesín” (risas). Un “clavesín”, para Numa Moraes. El escándalo que hizo temblar la sede central de “Orfeo”, el hecho de que aún se comente la anécdota, tuvo un solo culpable, el que firma estas líneas, Enrique Estrázulas”. (Aplausos)

Enrique Estrázulas

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