El iniciático conocimiento de un mundo desconocido y cerrado a cal y canto por la bipolar estructura de poder de la guerra fría, es el sustento temático de “De viaje por Europa del Este”, el libro de crónicas del Premio Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez.
Este trabajo de recopilación publicado por Editorial Sudamericana, recupera textos periodísticos de un joven inquieto e inteligente, que supo plasmar con su sutil escritura los radicales contrastes entre dos bloques ideológicos y militares irreconciliables.
Los artículos recrean el viaje realizador por el escritor colombiano en 1957 por Alemania Oriental, Checoslovaquia, Polonia, Hungría y la antigua Unión Soviética, países gobernados por un estalinismo que sobrevivió al propio Stalin.
En buena medida, este es un auténtico retrato de la posguerra, con dos potencias hegemónicas que se dividieron Europa y concitaron fuertes adhesiones en todo el planeta.
Por supuesto, se advierten claramente los efectos residuales de la más sangrienta confrontación bélica del siglo pasado promovida por el extinto nazismo, que se procesó en torno a dos grandes ejes de influencia geopolítica.
En ese contexto, con apenas treinta años de edad, el autor, junto a otros dos jóvenes, emprende una suerte de road movie que aterriza en las naciones situadas detrás de la “cortina de hierro”, según la subjetiva denominación del discurso capitalista.
Por entonces, eran pocos los occidentales que viajaban a Europa del Este, por el rechazo que generaba la propaganda anti-comunista promovida por los Estados Unidos y sus aliados y por temor a ser tildados de pro-soviético.
Mediante una pluma que destila virtuosismo y una atención particular por los detalles, el autor incursiona en territorios geográficos y sociales que le resultan naturalmente desconocidos.
“Yo no quería conocer una Unión Soviética peinada para recibir visita. A los países, como a las mujeres, hay que conocerlos acabados de levantar”, es la elocuente reflexión del magistral novelista colombiano que ciertamente corrobora su loable honestidad intelectual.
Es claro que García Márquez siempre fue un hombre de izquierda, lo cual revaloriza aun más sus juicios críticos sobre la situación de los países que permanecieron durante casi medio siglo bajo la égida del autoproclamado socialismo real.
Mediante una prosa que abunda en descripciones y adjetivaciones, el autor reconstruye el paisaje de una Europa Oriental en fase de reconstrucción pero también de mutación política, social y cultural.
El itinerario comienza en Alemania, donde el escritor observa los primeros contrastes entre dos bloques radicalmente antagónicos: el capitalista y el comunista.
Por supuesto, no soslaya las dificultades para movilizarse y cruzar las fronteras, devenidas de los kafkianos trámites burocráticos y de la estricta vigilancia militar a cargo de soldados rusos acantonados en lares germanos.
La pluma de Gabo condensa -con singular maestría- el estado de tensión entre dos potencias que se disputan enconadamente las parcelas de poder en la Europa de la reconstrucción.
Ante los ojos del periodista y escritor se abre un mundo nuevo pleno de contradicciones, que revela las diferencias entre un Occidente dominado por la economía de mercado y el consumo y un Oriente austero, disciplinado y nada apegado a los cantos de sirena del paradigma concentrador.
Aunque describe paisajes humanos grises donde abunda la escasez de recursos materiales y de comodidades, García Márquez rescata la valentía y la convicción de buena parte de la población de esos países.
Más allá de eventuales restricciones al ejercicio de las libertades públicas, el narrador capta posturas abiertamente opositoras, en algunos casos obsecuentes al sistema y otras bastante más radicalizadas que demandan la profundización del proyecto revolucionario liderado por la URSS.
En todos los casos, los artículos mixturan la crónica periodística con la investigación, la estructura literaria y, por supuesto, con el análisis de coyuntura.
En ese marco, abundan los guiños irónicos y las reflexiones de naturaleza crítica sobre los principales acontecimientos sociales y políticos de la época. Este trabajo revela, además, la curiosidad, la agudeza y la profundidad conceptual de un periodista comprometido con la verdad, más allá de su explícita predilección por las ideas socialistas.
“De viaje por Europa del Este” es un libro concebido en clave testimonial, que revela la enjundiosa pluma de uno de los más descollantes creadores de la narrativa en lengua castellana del siglo pasado.
Por Hugo Acevedo
Periodista y crítico literario
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