Si es difícil entender la política uruguaya por parte de los orientales, mucho más complejo lo es para un extranjero. En las últimas horas tuve contactos con una pareja francesa que está de visita, que quedó sorprendida con el reciente abrazo en Rocha entre Pedro Bordaberry y Tabaré Vázquez, así como con la presencia del arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, en el acto de recordación de los “Ocho mártires comunistas de la Seccional 20”, el próximo 26 de abril.
En cualquier gesto humano puede haber algo de oportunismo o de oportunidad, pero también mucho de trascendencia y de expresión de una cultura inspirada en el laicismo vareliano y batllista, que son base sustancial del pensamiento de izquierda en nuestro país.
Bordaberry, en su visita al acto de Tabaré Vázquez, mostró que tiene como objetivo mostrarse como un liberal, por cierto muy distante de la ortodoxia fascista. Razones tiene para ello y no me voy a meter en lo que debe ser el drama familiar de haber tenido un padre dictador, cuyas culpas no deben caer sobre sus hijos, sean políticos o no.
Es que como cualquier padre no quiero que mis culpas caigan sobre mis hijos, aunque tengo muy claro que mi padre no solo estuvo siembre del lado de la democracia, sino que fue condenado por la Justicia Militar por el solo hecho de ser un batllista del Frente Amplio.
A la vez es una lástima que Bordaberry no recordó o nunca se lo contaron que fue en Rocha donde la derecha intentó asesinar a Líber Seregni, otro histórico batllista. Si lo hubiera hecho el gesto de saludar a Tabaré Vázquez, hubiera sido mucho más trascendente y por cierto más creíble.
El otro gesto será el del arzobispo de Montevideo Daniel Sturla, que no hace más que recoger – no es poca cosa- la prédica de monseñor Carlos Partelli, quien no dudó en entrar a la sede del Partido Comunista cuando se velaba a los asesinados ocho obreros comunistas.
Aquel gesto de Partelli expresó no solo la postura democrática de las autoridades de la Iglesia Católica en nuestro país, sino que también pudo ser por la amplitud de miras de los comunistas uruguayos encabezados por Rodney Arismendi, que junto a Juan Pablo Terra y otros construyeron la alianza entre marxistas y demócratas cristianos, que se sigue expresando en el Frente Amplio, desde su génesis.
Que pasen estas buenas cosas en nuestro país, como las que protagonizan Bordaberry y Sturla, son un aliciente para cuando nos levantamos todas las mañanas y seguimos caminando y soñando, soñando y caminando, sin dejar principios en el trayecto pero reconociendo, sin ingenuidades, los buenos gestos.
Raúl Legnani
Urumex80@gmail,com
Maestro y periodista
La ONDA digital N° 667
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