Los árboles
sin bosque
Diálogo
con Héctor Rosales
Acaba de publicarse en Barcelona Los árboles sin
bosque / Muestra de literatura uruguaya
contemporánea (coedición de Ediciones Carena y
Revista Malabia, que inaugura la colección Libros de
Malabia). El volumen cuenta con el apoyo del
Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, que lo
ha declarado de Fomento Artístico Cultural en 2010.
Uno de los colaboradores en el proyecto es el poeta
y escritor Héctor Rosales, que visitamos en su
estudio domiciliar de Barcelona. De nuestra charla
extraemos estas preguntas y respuestas en torno al
flamante libro.
- ¿Cuál
es la motivación que os ha inspirado para dar a
conocer esta muestra?
- La
iniciativa parte de la Revista Malabia, una
publicación virtual editada desde Barcelona,
Montevideo y La Plata, que está por cumplir 50
números y aquí, en este libro, agrega una nueva vía
de salida, la impresa.
El
primer proyecto fue lanzar en formato libro una
muestra de autores uruguayos contemporáneos, en
activo, con trayectoria literaria, buena parte de
los cuales no son conocidos en España.
El
proyecto se planteó a Ediciones Carena, cuyo equipo
participó en la elaboración del volumen y en la
coedición y distribución del mismo. La principal
motivación ha sido publicar autores con voces
propias, que seguramente hallarán lectores
interesados dentro y fuera de España.
- ¿Cómo
ha sido tu participación en tal proyecto?
- Me
invitaron a presentarles libros de autores
compatriotas, algunos con textos que seleccioné
directamente y tuvieron aceptación. Pero en general
presté una buena cantidad de ejemplares de mi
biblioteca para que fueran considerados por los
responsables. Aparte, me pidieron textos míos e
ideas gráficas para la salida impresa de Malabia, ya
que se inauguraba una colección (Libros de Malabia)
y había que lanzarla con una estética particular.
Terminé
diseñando la cubierta y otros gráficos afines,
dándole el título al libro y comunicándome con más
de la mitad de los autores finalmente convocados.
- ¿El
título de “Los árboles sin bosque” lo encontraste
luego de leer el poema de Juarroz que abre el libro?
- No.
Ese título se me ocurrió al leer la primera docena
de escritores que tenía en mente, y a partir de él
se fue orquestando la estructura y la temática de
fondo de la obra.
El poema
de Juarroz es un hallazgo de Federico Nogara una vez
terminado el original. Creo que es un epígrafe
inicial muy adecuado. Como también el cierre
cuestionador de Rodríguez Padrón en el epílogo.
Los
lectores encontrarán elementos de reflexión y debate
en el conjunto de páginas, vale decir, la mejor
garantía para abordar una obra que está viva.
-
¿Cuáles son los temas centrales de los textos
presentados?
- Los
que aparecen en buena parte de la literatura de
cualquier época y lugar: el paso del tiempo y sus
señales, la soledad, las ausencias, el destierro, la
identidad y sus espejos, las resistencias, el amor
de fondo, la lucha hacia el conocimiento, la muerte,
las raíces, la búsqueda del bosque.
- ¿Es el
exilio una herida tan grande que no puede ser
contada o puede convertirse en material
poético-narrativo, como es el caso?
- El
exilio tiene múltiples vertientes y es, en sí, una
metáfora existencialista de primer grado: vivir bajo
la condición humana es un exilio permanente, aunque
estuviéramos siempre en el mismo sitio geográfico.
Creo que
en este libro hay unas cuantas variables muy bien
expresadas sobre el tema. Además, al omitir los
editores las típicas citas a pie de página (las que
indican la procedencia y año de cada texto), el
libro permite una continuidad de lectura, una
correspondencia temática entre los variados estilos,
donde el carácter polisémico del exilio puede ser,
quizás, el principal nexo de toda la obra.
- ¿Se
puede decir que hay en Uruguay un caldo de cultivo
para una nueva generación de escritores?
- Cada
época trae sus perspectivas, sus aspectos positivos
y negativos. En Uruguay, desde hace décadas, hay
muchísimas tareas pendientes para estimular, apoyar,
evaluar y difundir la literatura nacional. Tareas
que, en buena medida, deben iniciarse desde los
propios autores y su relación con la sociedad.
Pase lo
que pase, surgirán nuevas voces. No conozco en
profundidad qué están haciendo los más jóvenes, si
les interesa verdaderamente la escritura como arte,
como oficio que requiere trabajo y responsabilidad,
ya que se trata (en el momento de las publicaciones)
de un aporte a la cultura colectiva, y no de un mero
divertimiento, como tanto insisten algunos con la
venia de la industria comercial detrás.
- ¿Cómo
definirías el grupo en el que se integra esta
veintena de personas, de procedencias y talantes
diversos?
- El
único grupo que se me ocurre ahora es el de
escritores uruguayos contemporáneos, lo que ya está
subrayado en la edición. Hay varias generaciones
reunidas aquí. Destacaría que es la primera vez que
encuentro en un libro que no sea diccionario o
enciclopedia, y editado fuera de Uruguay, una parte
relevante de mis coetáneos.
-
Hablabas hace un rato de los calificativos o nombres
globales para tu generación, y que te gustaba uno en
especial. ¿Realmente te identificas con el de “La
generación del silencio”?
- Me
gusta, sí. Creo que responde a lo que históricamente
nos ha tocado vivir. La gente uruguaya nacida entre
1955-1965 éramos niños o adolescentes, personas en
formación educativa y vivencial, cuando se produce
el declive político-económico y luego la dictadura
militar (1973) en el país.
Nunca
tuvimos una nación como la de la primera parte del
siglo XX, a la que tanto sentimos aludir mientras
predominaba lo contrario.
Crecimos
silenciados y sin recursos políticos y materiales
para edificar una sociedad distinta en aquellos años
juveniles.
Pasado
el tiempo, nuestra propia relación con el silencio
fue cobrando diferentes relieves. Supimos que las
palabras no alcanzan para llegar a las esencias, que
toda supuesta verdad tiene distintos ángulos y
aristas, que el silencio ya estaba hace siglos, en
el fondo, condicionándonos, indicando su gobierno en
la tierra y en el cielo.
Hoy, en
plena etapa audiovisual, cuando jamás hubo tanto
aparatito encendido ni tantas vías para la
comunicación, el silencio se está riendo de
nosotros, cruzado de brazos, al final de la sala
donde pasan esta película tan sonora y colorida.
¡Vaya
panorama!
Sí. Y en
“alta indefinición”.
-
Volviendo al libro: ¿qué características
prevalecieron de cada uno de los miembros? Lo digo
porque si bien afirmaste que la mayoría no son
conocidos en España, Peri Rossi, por ejemplo, es la
autora uruguaya más leída fuera de su país.
- Se dan
estos contrastes, efectivamente. También existen
textos escritos con cincuenta años de diferencia y,
sin embargo, pueden convivir con los más nuevos.
Los
editores apostaron por el nivel literario y la
trayectoria de cada autor, más que por la difusión
masiva o las peculiaridades de sus obras. De todos
modos, y según conversamos al principio del
proyecto, se ha tratado de producir un título para
ser leído por personas de distintos países y
culturas. Este primer volumen de “Los árboles...”
(hay más autores y textos para pensar en, por lo
menos, otro libro) quiere extender la literatura
uruguaya contemporánea dentro y fuera de fronteras.
Partiendo de una edición realizada y distribuida en
España, los escritores con obra publicada aquí (Peri
Rossi, Courtoisie, Berenguer, Nogara, etc.) serán,
naturalmente, las primeras referencias para el
acercamiento del lector español medio.
-
¿Internet ha contribuido a que se conocieran otros
compatriotas tuyos sin necesidad de tener obra
impresa en España?. Te lo pregunto sabiendo que en
tu propio caso, con más de treinta años de
radicación en España y títulos publicados aquí, la
red informática ha llevado textos tuyos a todo el
planeta. (Invitamos a los usuarios de Google a
teclear simplemente tu nombre de pila; verán dónde
aparece tu web oficial). ¿Subestimas las
posibilidades de las actuales tecnologías como
fuentes de auténtica literatura?
- Si así
fuera, si subestimara la red, yo sería un
desagradecido sin remedio. Pero debo aclarar que
valoro las tecnologías como herramientas, como
vehículos para facilitar el acceso a información y a
otras numerosas aplicaciones. Lo que transporte esa
red es un asunto distinto. Ocurre lo mismo con la
televisión, la radio o incluso la vieja y querida
imprenta.
Un
camión de basura no tiene ninguna culpa de trasladar
basura, máxime si fue creado para ese fin. Todo está
en las manos y cerebros, en la ética de quienes
manejan las herramientas y para qué objetivos las
usan.
Fíjate
que “Los árboles sin bosque” nace de la iniciativa
de una revista digital, con miles de lectores y una
filosofía laboral puramente destinada a una
literatura seria. A través de Malabia y de otras
revistas virtuales se han llegado a conocer
escritores sin libros publicados aquí. Por otra
parte, en internet hay espacios dedicados a autores
inéditos. Es importante entonces, y también muy
grato, que podamos contar con los actuales recursos
de comunicación.
Por
cierto, está construyéndose un blog sobre el libro,
así que solamente puedo ponderar estos recursos
siempre que traten de brindarle calidad al receptor.
- ¿La
literatura, en verdad, es capaz de cambiar al mundo,
o al menos de moldearlo un poco?
- La
literatura está hecha por personas y puede cambiar a
las personas, autores y/o lectores. Es una fuente
cultural muy valiosa, aunque debe interactuar con
otras plataformas. Si todo confluye positivamente en
los canales educativos, la nueva sociedad puede
cambiar de manera decisiva. Y con ella el mundo.
Pero sin
educación adecuada a cada época, el futuro no es, en
ningún sentido, asunto nuestro, queda en manos del
viento.
- ¿Este
libro podría catalogarse como una llamada al
sosiego, una acción introspectiva del “país al sur
del sur” contra la globalización productora de
textos homogéneos?
- No
creo que sea precisamente una llamada al sosiego,
más bien es una llamada a la conciencia. Que es lo
que pretende toda literatura de largo aliento. A
través de estas páginas el lector llegará a las
últimas décadas de ese “país al sur del sur”.
Encontrará diferencias, pero también no pocos
enfoques en común.
- ¿Qué
tiene Uruguay que es una caldera de lectores?
- Una
vieja tradición de respeto por los libros, una
tradición que ha resistido más allá del deterioro
económico, la globalización que citabas, las crisis
de toda índole, las lejanías y la incertidumbre.
Estos árboles sin bosque no han dejado de ir en
busca de otro bosque. Lo encontrarán.
LOS ÁRBOLES SIN BOSQUE
Muestra de Literatura Uruguaya Contemporánea
1ª edición, rústica, 174 págs.: octubre 2010,
Barcelona
ISBN: 978-84-15021-42-1
P.V.P.: Europa: 15 euros / Uruguay: 280 pesos /
Argentina: 60 pesos
Colección: Libros de Malabia / 1
Coedición de Revista Malabia y Ediciones Carena
Selección de autores y textos: Equipo Malabia /
Ediciones Carena,
con la coordinación general de José Membrive
Referencias para acceder al libro desde internet:
http://losarbolessinbosque.blogspot.com
losarboles.sinbosque@gmail.com
www.revistamalabia.com.ar
revistamalabia@revistamalabia.com
www.edicionescarena.org
carena@edicionescarena.org
Héctor Rosales
nació en Montevideo en 1958, y está radicado en
Barcelona desde 1979.
Entre otros libros, ha publicado: Visiones y agonías
(Barcelona, 1979), Espejos de la noche (Madrid,
1981); Desvuelo (Montevideo-Barcelona, 1984),
Habitantes del grito incompleto (Montevideo, 1992) y
Mientras la lluvia no borre las huellas (Barcelona,
2002).
Ha colaborado en numerosas revistas de arte y
literatura de distintos países y es autor de las
antologías Voces en la piedra iluminada / Diez
poetas uruguayos (Toledo, 1988), Chapper, las
espinas del verso (Montevideo, 2001) y Nadie dude el
lucero / Rolando Faget (México, 2009).
Web oficial:
www.hrosales.com
Jesús Martínez Fernández (Barcelona, 1975). Formado en la revista local L’Informatiu
de Sants, ha colaborado en las ediciones dominicales
de los diarios El Periódico de Catalunya y La
Vanguardia. Especializado en reporterismo, ha ganado
el premio de periodismo Manuel Alcántara, que otorga
Diario Sur (Málaga). Imparte clases de posgrado en
la Universitat Autònoma de Barcelona.
www.reporterisme.wordpress.com
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